418. Si el animal se llama pig, ¿por qué su carne es pork?
Como se ha comentado en otras dudas, cuando los normandos franceses consiguieron invadir Inglaterra en 1066, al mando de Guillermo el Conquistador, trajeron consigo su lengua. En el transcurso de los tres siglos posteriores, el Old English y el Norman French se mezclaron y combinaron entre sí. Este largo período de fusión produjo todo tipo de anomalías lingüísticas, entre otras que en algunos casos se usen palabras distintas para designar a un animal y a su carne destinada al consumo humano. Algunos de los animales de mayor tamaño que pueden aparecer en nuestros platos muestran claramente los efectos de esta “French Connection”:
Pigs provide pork (del francés porc).
Cows and oxen produce beef (del francés boeuf).
A calf when slaughtered becomes veal (del francés veau).
A sheep becomes mutton (del francés mouton, aunque hoy en día casi toda la carne de cordero que se consume se obtiene de animales jóvenes y se denomina lamb).
Deer provide us with venison (del francés antiguo venesoun).
Cuando un hablante no nativo se equivoca y
pide, por ejemplo,
More pig, please!, el hablante nativo
automáticamente se imagina al animalillo vivo, correteando sano y
salvo, justo lo contrario de lo que uno espera encontrarse en la
mesa.
En el caso de otros animales (chicken, duck, turkey, fish, etc.), no se distingue el animal vivo de su carne, aunque cuando se trata de animales cuya carne no se consume habitualmente en el Reino Unido se suele añadir la palabra meat a modo de aclaración, por ejemplo: horsemeat o goat(‘s) meat. En algunos casos existen términos culinarios específicos, como suckling-pig para ‘cochinillo’ o poultry, palabra del francés antiguo que designa ‘cualquier ave de corral, viva o muerta’.
Se han formulado muchas teorías para intentar aclarar por qué unos nombres de animales han desarrollado dos formas y otros no. Algunos etimólogos lo explican a través del enfrentamiento entre la sofisticación urbana y la sencillez rural: las gentes del campo, al vivir más aisladas, tendrían más probabilidades de conservar los nombres antiguos, mientras que los urbanitas adoptarían los nuevos usos entonces a la moda. Es indudable que se trata de un patrón lingüístico generalizado, es decir, nuevos vocablos o usos se originan entre la élite influyente de la metrópolis y de ahí se extienden al resto del país. Sin embargo, estas palabras, al igual que otros dobletes léxicos (como freedom y liberty, deep y profound, hunt y chase, etc.), se introdujeron en la lengua en distintas épocas, no en el período inmediatamente posterior a la conquista, así que es imposible ser riguroso al respecto.