459. Is it, like, bad, to say like, like all the time?
Piensa en la frecuencia con la que en una conversación cualquiera puedes llegar a utilizar palabras como “bueno”, “pues”, “a ver”, “o sea” o “¿sabes?”. Ahora piensa en las veces en que su uso ha sido realmente necesario. Todos usamos muletillas —desde sonidos como “mmm...”, “ah”, “eh”, o similares, hasta diversas palabras—, ya que es muy difícil pensar y, al mismo tiempo, mantener de forma sostenida tanto la fluidez verbal como la precisión gramatical en una conversación. Esa necesidad de tiempo para pensar es, precisamente, el motivo por el que se asocia el uso repetido de muletillas con el acto de mentir y/o con tener dificultades para expresarse. También hay evidencias que sugieren que esta es también la causa por la cual los adolescentes, que a menudo carecen de confianza y de habilidades lingüísticas para expresarse, utilizan más coletillas que los adultos.
Algunas muletillas, sin embargo, tienen peor reputación que otras, especialmente cuando son palabras con verdadero significado. Cuando en 2010 el presidente Obama, durante una entrevista de televisión, dijo you know 43 veces, en lo que se fijaron los telespectadores fue en las veces que lo repitió; pocos opinaron sobre la elección de la muletilla.
No es el caso de like. Se cree que comenzó a usarse durante la década de 1980 en el área de California, asociado a las valley girls (término acuñado para designar un estereotipo socieconómico representado por chicas adolescentes de clase media alta, malcriadas y consumistas, como las “pijas” que aparecen en la serie Gossip Girl). Probablemente esta asociación con los adolescentes adinerados de Estados Unidos es la razón por la que gusta tan poco. En realidad, tiene una historia bastante dilatada, que incluye su uso en dialectos británicos. Los siguientes ejemplos se encuentran en Kidnapped, la novela de 1886 de R. L. Stevenson:
“What’ll like be your business, mannie?”
“What’s, like, wrong with ye?”
El uso de like como muletilla fue también muy popular entre los beatniks de los cincuenta, lo que la convirtió en una de las palabras predilectas de Shaggy, en Scooby Doo, pero su existencia es incluso anterior. Uno de los primeros usos que se registran aparece en una viñeta del New Yorker de 1928.
De hecho, a pesar de su fama, el uso de like —al igual que su historia— es más complejo. Se utiliza como muletilla comodín en lugares en los que los hablantes podrían usar um, uh o er cuando se está pensando:
I, like, don’t know what to do.
She’s, like, really nice and, like, helps me out lots.
En el norte de Inglaterra e Irlanda se usa al final de una oración donde muchos otros angloparlantes usarían y’know, pero suele tener el sentido de la exclamación coloquial española ¡tranqui!:
I didn’t do anything, like.
Just chill out, like.
Sin embargo, like también puede llamar la atención hacia el elemento que le sigue, creando una especie de énfasis dramático:
There were like 500 people there.
There’s nothing I can say to change it now, so, like – why bother?
Del mismo modo, like a menudo introduce una exageración o una hipérbole, con el mismo sentido con que algunos hablantes usan literally.
I, like, died. It was so embarrassing.
Walk? Yeah, right. It’s only, like, an hour away.
No obstante, se recomienda a los estudiantes de inglés que procuren no utilizar demasiado el like en cualquiera de estas formas. Por supuesto, si se es joven y se adquiere el hábito de forma natural, por ejemplo a través de la televisión o al hablar con amigos anglófonos nativos, no hay problema. De lo contrario, sencillamente es mejor no usarlo salvo en situaciones bastante informales. Además, contra lo que podría pensarse, a no ser que se tenga mucha fluidez al hablar, su uso resultará un tanto forzado y artificial y hará que se nos entienda peor.
PARA SABER MÁS