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3 huevos
¼ de l de leche
75 g de mantequilla
3 cucharadas de azúcar
6 cucharadas de azúcar glas
50 g de avellanas tostadas
2 frutas de la pasión (maracuyás)
ralladura de 1 limón
ralladura de 1 naranja
1 vaina de vainilla
pétalos de rosa comestibles
hojas de menta
Para las natillas, pon a calentar la leche (reserva un poco) en un cazo con la vaina de vainilla abierta en dos a lo largo y una cucharada de azúcar. Deja en infusión.
Separa las claras de las yemas.
Mezcla las yemas con el resto del azúcar y la leche reservada en un bol. Incorpora la leche aromatizada, retira la vainilla, bate con la varilla y vierte de nuevo la mezcla al cazo sin dejar de remover hasta que se espese. Aparta del fuego y deja enfriar.
Para las tejas, mezcla dos claras de huevo con el azúcar glas en un bol. Añade las ralladuras de las cortezas del limón y la naranja y las avellanas molidas. Agrega la mantequilla fundida y tritura con la batidora eléctrica. Reserva.
Forra una bandeja de horno con papel de hornear y pinta el papel con un poco de mantequilla derretida. Coloca encima unos montoncitos de la mezcla anterior y estíralos bien con un rodillo formando pequeños discos. Hornea en el horno a 170 grados durante 10 minutos. Retira y (antes de que se enfríen) dales forma a las tejas colocándolas sobre un rodillo o una botella.
Pela las 2 frutas de la pasión y pásalas por un chino. Aplasta bien para sacar el jugo. Reserva.
Sirve las natillas en cuencos y acompaña con las tejas. Salsea con el jugo de la fruta de la pasión y decora con unos pétalos de rosa y unas hojas de menta.
- NATILLAS (6 p.)