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½ piña
2 cucharadas de azúcar
1 clara de huevo
50 g de chocolate de cobertura
2 g de hojas de gelatina
100 ml de nata
ron
azúcar glas
canela molida
hojas de menta
Mezcla la clara con el azúcar glas, añadiéndolo poco a poco hasta que quede una pasta homogénea y consistente. Vierte sobre una hoja de papel de horno, cubre con otra hoja y extiende la masa con la mano hasta que quede una capa fina. Introduce en el horno a 80 grados durante 1 hora. Una vez frío, trocea en porciones irregulares.
Pon la gelatina en remojo en un bol con agua. Pon a reducir en un cazo un poco de agua y el azúcar, diluye la gelatina en este jarabe.
Pela la piña y licuala para extraer su jugo. Mezcla el zumo con el jarabe con la gelatina y un chorrito de ron. Introdúcelo en el frigorífico y espera a que la sopa se espese ligeramente.
Monta la nata ligeramente, y ralla el chocolate para obtener unas virutas.
Sirve la sopa de piña en un plato hondo. Haz una línea fina de canela que atraviese el plato. En el centro dibuja unos hilos con la nata, espolvorea por encima unas virutas de chocolate y decora con menta. Los costrones de clara ponlos en los bordes del plato porque es mejor que se mantengan secos hasta el momento de comerlos.
- SOPA DE PIÑA CON GRANIZADO DE MENTA (4 p.)