165. FLAUBERT A SAND
[París, 8 de marzo de 1876]
Miércoles, a la 1 de la madrugada.
Éxito completo, querida maestra. Los actores tuvieron que salir a saludar después de todos los actos, y hubo un aplauso caluroso. Todo el mundo estaba satisfecho. Y de un acto a otro, las aclamaciones eran más fuertes. Todos los amigos de usted, que respondieron a la llamada, estaban tristes de que usted no estuviera allí.
Los papeles de Antoine y de Victorine fueron interpretados excelentemente. El pequeño Baretta es una auténtica joya.
¿Cómo pudo hacer usted Victorine inspirándose en Le Philosophe sans le savoir?[128] ¡Es algo que me asombra! La obra de usted me encantó y me hizo llorar como un animal, mientras que la otra me aburrió soberanamente. No se acababa nunca. ¡Qué lenguaje! El buen Turguéniev y la señora Viardot enarcaban las cejas, daba risa verlos.
[…]
Debía partir esta mañana hacia Pont-l’Evêque y Honfleur, para ver un pedazo de paisaje que he olvidado. Pero las inundaciones me han detenido.
Mi sobrina se encuentra mejor desde que toma sus duchas.
Lea usted, se lo ruego, la última novela de Zola, Su Excelencia Eugène Rougon. Tengo curiosidad por saber qué piensa de ella.
Un abrazo muy fuerte.
Su viejo
Botija.