60. SAND A FLAUBERT
[Nohant, 2-4 de septiembre de 1869]
Jueves
No sé nada de Chilly, ni de La Petite Fadette. En pocos días saldré para hacer un viaje por Normandía. Pasaré por París. Si quieres viajar conmigo (oh, pero no, tú no viajas); en fin, ya se verá. Creo que me he ganado unas pequeñas vacaciones. He trabajado como una bestia de carga. Yo también tengo necesidad de ver azul. Pero a mí el azul del mar me basta, y tú en cambio querrías ver el azul del firmamento artístico y literario sobre nuestras cabezas. ¡Bah! Eso no existe. Todo es prosa y vulgar prosa en el mundo que los hombres han creado. Sólo aislándose un poco uno puede reencontrar en sí al ser normal.
Retomo mi carta interrumpida durante dos días, por culpa de mi mano herida, que me molesta bastante. No voy a ir a Normandía; los Lambert, a quienes quería ver en Yport, vuelven a París, y mis asuntos también me requieren allí. Te veré, pues, probablemente la semana que viene, y te abrazaré con fuerza. ¡Lástima que no pueda poner la carita rosa y morena de Aurore en lugar de la mía! Ella no es sólo lo que uno llama bonita, sino que es adorable y de una rapidez de entendimiento que nos asombra a todos. Además, es tan divertida en su balbuceo como una persona mayor con ingenio.
¡Así pues, me veré forzada a volver a pensar en mis asuntos! Es lo que me produce más horror y lo que turba realmente mi serenidad. Tú me consolarás, charlando un poco conmigo, cuando tengas tiempo.
Hasta pronto, valor con el trabajo nauseabundo de las pruebas. Yo me ahorro eso, pero desde luego no hay por qué hacer como yo.
Mis hijos te envían sus recuerdos y tu trovador te quiere.
Sábado por la noche
He recibido esta tarde noticias del Odéon. Se están ocupando de mi obra y no me hablan de nada más.