9. SAND A FLAUBERT
[París, 16 de noviembre de 1866]
[…] Llevo dos días paseando a mi Renacuajo,[28] el ingenierito del que alguna vez le he hablado[29]. Se ha puesto guapo, las mujeres lo miran de reojo, y él no tendría más que hacer que jirafear.[30][31] ¡Pero se ha enamorado! Está prometido, debe esperar cuatro años, trabajar para hacerse una posición, ha hecho un voto. Usted le diría que es estúpido; pero yo, al contrario, le predico mi moral de viejo trovador. Moral aparte, no creo yo que los jóvenes de esta época sean capaces de afrontar a la vez la ciencia y la copa, las chicas y el noviazgo. La prueba de ello es que nada sale de la joven bohemia.
Buenas noches, mi amigo, y buen trabajo. Pasee un poco, por el amor de Dios, y por el mío. […]
[sin firma]