135. FLAUBERT A SAND
[París, 31 de diciembre de 1873]
Miércoles
Ya que tengo un momento de tranquilidad, ¡aprovecho para charlar un poco con usted, querida maestra! Para empezar, un abrazo a todos los suyos, y reciban todos mis buenos deseos para el nuevo año.
He aquí lo que hay de nuevo sobre su Padre Botija.
Botija está muy ocupado, pero sereno. Y muy pacífico, lo que sorprende a todo el mundo. ¡Sí, así es! ¡Nada de indignación! ¡Nada de efervescencias! Los ensayos de Le Candidat han comenzado, y aparecerá impreso a principios de febrero. Carvalho parece bastante contento, y sin embargo me ha hecho fundir dos actos en uno solo. ¡Eso deja el primer acto con una longitud desmesurada! He hecho el trabajo en dos días. ¡Ya lo ve, Botija se porta bien! He dormido 7 horas en total, desde el jueves (día de Navidad) hasta el sábado.
Para completar mi carácter eclesiástico, ¿sabe usted qué voy a hacer? Seré padrino. La pequeña Charpentier,[114] en su entusiasmo por San Antonio, ¡me vino a decir que quería llamar Antoine al niño que va a traer al mundo! La intenté disuadir de infligir a ese joven cristiano el nombre de un hombre tan convulso. ¡Pero tuve que aceptar el honor que me hacía! ¡Aunque me cuesta, o me costará! ¿Se imagina usted mi vieja jeta al lado de la fuente bautismal, al lado del nene, de la nodriza y de los padres? ¡Oh, Civilización, he aquí tus golpes ocultos! ¡Buenos modales, tales son tus exigencias!
[…]
A propósito de la Iglesia, he leído entero (cosa que no había hecho nunca) el Ensayo sobre la indiferencia del ciudadano Lamennais. Conozco ahora, y a fondo, a todos esos inmensos farsantes, que han tenido sobre el siglo XIX una influencia desastrosa. ¡Afirmar que el criterio de certidumbre reside en el sentido común, también llamado Moda o Costumbre, no es más que preparar el terreno al Sufragio universal, que es, para mí, la Vergüenza del espíritu humano!
Acabo de leer, también, La Chrétienne de Bautain. Libro curioso para un novelista. En él uno siente su época, su París moderno. Para desengrasarme, me he tragado un volumen de Garcin de Tassy, La Littérature hindoustanie. Allí dentro, al menos, uno respira.
Ya ve usted que su Botija no está completamente embrutecido por el teatro. Por otra parte, no tengo ninguna queja del Vaudeville. Todo el mundo es educado y eficiente. ¡Qué diferencia con el Odéon!
[…]
San Antonio será impreso a finales de enero.
¡Hasta pronto, querida maestra! ¿Cuándo nos veremos? ¡Nohant está tan lejos! ¡Y yo voy a estar muy ocupado todo este invierno!
¡Que 1874 le sea leve!
Su viejo
que la quiere.