71. FLAUBERT A SAND
[París, 15 marzo 1870]
Martes por la tarde
Querida maestra,
Estoy todavía bastante derrengado y muy débil, más aún de espíritu que de cuerpo. Entro en el periodo hosco y misantrópico: todo y todos me fastidian y me irritan. ¡Siento que la vejez me invade! ¡No encuentro persona con la que charlar!
Durante diez días me libré francamente, plenamente, a una tristeza negra. Cerré mi puerta y no vi a nadie. Después volví al trabajo, a leer cosas ásperas tales como las Enéadas de Plotino. Voy todos los días a la Biblioteca Imperial o a la del Instituto. Ceno solo en casa, me acuesto a las 11 y duermo hasta las 9 de la mañana. Eso es todo.
[…]
Mi semblante se restablece. Tomo aceite de hígado de bacalao para tonificarme un poco.
¿Y usted? ¿Cuándo nos veremos? A comienzos de abril, ¿no es así?
[…]
Recuerdos a todos los suyos y a usted, querida maestra, mil abrazos.