86. SAND A FLAUBERT
[Nohant, 26 de julio de 1870]
Esta guerra me parece infame y la Marsellesa autorizada un sacrilegio. Los hombres son animales feroces y vanidosos. Estamos en las dos veces menos de Pascal. ¿Cuándo llegará el más que nunca?
Aquí tenemos de 40 a 45 grados de calor a la sombra. Incendian los bosques: otra estupidez bárbara. Los lobos vienen a pasearse por nuestro corral, de donde los ahuyentamos por la noche, Maurice con un revólver, yo con una linterna. Los árboles pierden sus hojas y tal vez la vida. El agua potable va a empezar a escasear. Las cosechas son poco más que nulas, y encima tenemos la guerra, ¡qué suerte! La agricultura perece, la hambruna amenaza, la miseria incuba en espera de convertirse en revuelta. Pero nosotros luchamos contra los prusianos. ¡Mambrú se va a la guerra!
Dices con razón que para trabajar es necesaria una cierta alegría. ¿Dónde encontrarla, en esta época maldita? Felizmente, nosotros no tenemos a nadie enfermo en la casa. Cuando veo a Maurice y Lina en sus asuntos, a Aurore y Gabrielle en sus juegos, no me atrevo ni a quejarme, por miedo a perderlo todo.
Te amo, mi querido amigo, te amamos todos.
Tu trovador