126. FLAUBERT A SAND
Bagnères-de-Luchon (Haute-Garonne),
[Maison Binos, 12 de julio de 1872]
¡Aquí estoy desde el domingo por la tarde, querida maestra, y no más contento que en Croisset! Un poco menos incluso, porque estoy desocupado. Hay tanto ruido en la casa donde estamos que es imposible trabajar. ¡La vista de los burgueses que nos rodean me resulta, además, insoportable! No estoy hecho para los viajes. ¡El más mínimo cambio me incomoda! ¡Su viejo trovador está muy viejo, realmente! El doctor Lambrou, el médico de aquí, atribuye mi susceptibilidad nerviosa al abuso del tabaco. Por complacerle, voy a fumar menos, ¡pero dudo mucho que eso me cure!
Acabo de leer Pickwick de Dickens. ¿Lo conoce usted? Tiene trozos soberbios; ¡pero qué composición más defectuosa! A todos los escritores ingleses les ocurre, exceptuando a Walter Scott. ¡Les falta planificación! ¡Eso es intolerable para nosotros, los Latinos!
[…]
Mi última historia con Lévy me ha disuadido de cualquier publicación. San Antonio está acabado. Va a dormir en un cajón hasta tiempos mejores, si llegan.
¿Cómo voy a empezar un libro que exigirá de mí grandes lecturas, y sin arruinarme en libros? ¿Conoce usted en París algún librero que me pudiera alquilar los libros que yo necesite?
¿Qué hace usted ahora? La última vez, nos vimos poco y mal.
Esta carta es estúpida. Pero hacen tanto ruido encima de mi cabeza que no la tengo libre (la cabeza).
En medio de mi aturdimiento, le envío un abrazo para usted y para los suyos.
Su viejo tontaina, que la quiere.