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Al llegar al vivaque, te encuentras a los instructores con sus espadas desenvainadas, desgañitándose para averiguar si alguien ha resultado herido. Te enteras entonces que el único herido es
Zarenyo, que ha recibido dos impactos: el primero le ha fracturado el húmero y el segundo le ha impactado en la cabeza, dejándolo inconsciente. Turpa, máximo responsable de estas maniobras, solicita que se lo lleven de inmediato a la tienda del médico, maese Lartetos, y que después de examinarlo y determinar la gravedad de sus heridas, preparen su traslado a Koras para mañana mismo a primera hora.
El maestro Turpa parece furioso y ha convocado al resto de alumnos. Os informa que el pérfido ataque ha sido cometido por una docena de campesinos rebeldes que deben vivir en los alrededores. Los han visto huir, pero no han conseguido reconocerles debido a la oscuridad de la noche. Está convencido que se trata de unos insurrectos que albergan resentimiento y envidia hacia los guerreros de Uhdanfiún y de la gloria del imperio Ainar.
El tono firme y autoritario del Maestro Turpa no deja lugar a dudas. Escuchas en silencio, como el resto de alumnos… pero no compartes demasiado su versión de los hechos, sobre todo después de lo que has visto allá arriba.
Turpa interrumpe tu reflexión. Para asegurar toda la zona de acampada, se van a realizar guardias por turnos para controlar la zona exterior y el perímetro interior. Te designa como responsable de la primera guardia para vigilar la franja externa.
Te interesas por la salud de Zarenyo y te informan que permanece inconsciente de momento. Te equipas para la vigilancia ciñéndote la espada al cinto y decides comer algo rápidamente antes de iniciar tu ronda.