212
Estás furioso. En primer lugar por haberte dejado atrapar por semejante mequetrefe y en segundo lugar por escuchar tales difamaciones. Intentas controlar tu ira, pero te cuesta contenerte y ya le habrías saltado encima si no te estuviera apuntando.
—Te equivocas totalmente. Es cierto que son guerreros de Uhdanfiún pero no puedo creer tus palabras. Conozco a esos seis individuos que están moviendo ahí abajo y…
La voz que se oculta en las tinieblas te interrumpe de repente.
—Es cierto, eres uno de ellos. Ese brazalete que llevas con las marcas azules…
—Escúchame, contestas. No saaaaab…
Ya no puedes hablar. Sólo emites un desagradable gorjeo y notas como un líquido caliente y viscoso se derrama por tu cuello. No has tenido tiempo de reaccionar; ha soltado la cuerda de su arco y la flecha te ha atravesado el cuello por ambas partes. Sigues emitiendo ese ruido desagradable unos segundos más, el tiempo que dura tu agonía.
FIN