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Te desplomas en el suelo, abrazando a la muchacha, consumido por el esfuerzo de la aceleración. Cuando la sueltas, notas que apenas tienes fuerzas para incorporarte.
La chiquilla se ha quedado sentada en el suelo y te observa estupefacta, sin entender muy bien todavía lo que ha ocurrido.
—¿Cómo… cómo has hecho eso?
Te apoyas en el tronco de un roble. Respiras profundamente para recuperarte.
Ella no deja de observarte para entender lo sucedido. Se fija en tu cuerpo curtido por el ejercicio, tu vestimenta de combate, la espada del cinto… y se detiene súbitamente en el brazalete de cinco estrías azules que llevas en tu antebrazo.
—¿Qué significado tiene ese brazalete con marcas que llevas en el brazo?
Carraspeas antes de contestar.
