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Lo cierto es que te gustaría saber en qué consiste la cacería secreta. Se han hecho muchas conjeturas y otros tantos rumores sin fundamento sobre esa misteriosa cacería y ahora se te presenta la ocasión de descubrir la verdad. A pesar de que te cuesta confiar en el arrogante Deilos, es una lástima dejar pasar esta oportunidad. Por otra parte, se te ocurre que puede ser todavía más emocionante seguir al grupo sin ser descubierto… y propiciar de este modo otro encuentro con la misteriosa joven que viste durante tu guardia: Tríane.
Decides equiparte a toda velocidad. Además de la espada, resuelves tomar prestado el arco y las flechas de Zarenyo, debidamente protegidas para que no hagan ruido. Si vas a emprender esta aventura en solitario, más vale equiparse a conciencia.
Sigues el mismo recorrido que tomó el grupo cuando se despidió de ti y te dispones a seguir su pista, confiando en que los atraparás pronto, teniendo en cuenta que son bastante numerosos y que no parecían tener mucha prisa cuando se fueron. Las tres lunas de Tramórea proporcionan una luz mágica a esta noche tan especial, facilitando la visibilidad en la penumbra.
Una vez fuera del campamento, identificas el rastro de sus pisadas y progresas por un camino que desemboca en una pendiente repleta de matorrales y zarzales, hasta que empiezas a escuchar voces a lo lejos. Al cabo de un rato, logras vislumbrar sus siluetas más adelante. No te parece que estén tomando las adecuadas precauciones para pasar desapercibidos y te choca que no sean más prudentes, sobre todo después de haber sufrido la emboscada en el campamento. Reduces la marcha, sin perderles de vista, extremando las precauciones y avanzando con cuidado por las sombras sin hacer ningún ruido.