186
Efectúas una contorsión arriesgada para tratar de evitar la kisha de Deilos. Aunque estés en plena aceleración, tan sólo has conseguido apartarte levemente de su estocada y sientes la fría hoja de acero que se hunde por encima de tus riñones, provocando un dolor lacerante que recorre toda tu columna. Escuchas cómo la espada que volaba se clava en la pared. Taifos acaba de derribar al niño que acabas de salvar, silenciando sus sollozos con una brutal patada. El suelo está pegajoso y húmedo. Un fuerte olor a sudor y sangre invade la estancia.
Dahzor se ha quedado pasmado y sólo consigue tartamudear tu nombre.
Taifos te lanza un poderoso tajo con todas sus fuerzas; te parece que también ha entrado en Protaaah… pero nunca lo sabrás.
Todo se ha vuelto oscuro y silencioso de repente. Estás muerto.
FIN