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El grupo sigue avanzando y no puedes alertarles sin hacer ruido. Pero hay sonidos que pueden pasar desapercibidos en la noche… como el ulular de un búho, por ejemplo. Juntas las manos e imitas a la perfección su sonido, como podrías imitar cientos, en base a tus enseñanzas de la academia.
Bhratar, que va el último, no parece haber reaccionado. Tu imitación debe ser muy buena. Lo repites de inmediato. Ahora sí. Se ha detenido, extrañado por la súbita insistencia del rapaz nocturno y se da la vuelta para ver de dónde viene ese ulular tan persistente…
Se acaba de percatar de tu posición alejada. Le haces una señal con un código que habéis practicado miles de veces. Le muestras una dirección. Bhratar te entiende y avisa al compañero de delante. El grupo se ha detenido. Ves como Deilos abandona la cabeza y acude para saber qué pasa.
Bhratar le explica lo que le has transmitido; observas que Deilos se pone muy nervioso y te mira de refilón. Vuelves a señalarle la posición y le indicas que se trata de un solo individuo.
Deilos reúne al grupo y simulan una pequeña reunión, aprovechando la cobertura para indicarte que lo rodees por detrás.
Retoman la marcha mientras tú retrocedes para capturarlo por detrás. Van prestando atención para detectarlo, pero el misterioso individuo aún ha extremado más las precauciones, hasta el punto que incluso a ti te cuesta distinguirlo en la oscuridad.