136
Calculas que en cuarenta pasos deberías alcanzarle y sigues progresando.
Avanzas varios metros arrastrándote con sigilo entre hierbajos y arbustos, buscando algún lugar donde poder acomodarte para seguir vigilando. Según tus cálculos, debería estar aproximadamente a unos diez pasos por delante. Cuando te dispones a resbalar para colocarte detrás del tocón de un roble, escuchas detrás de ti un leve chasquido que reconoces al instante: es el crujido de la cuerda de un arco al tensarse.
Un cuchicheo te llega desde ese lugar, perfectamente audible:
—No te muevas —y pregunta—: ¿Me estás siguiendo a mí o a ellos?