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El grupo sigue avanzando y no puedes alertarlos sin hacer ruido.
Al quedarte quieto, ves a lo lejos una pequeña silueta que avanza con cautela, a una distancia equidistante a la del grupo. Puesto que vas el último, retrocedes poco a poco para rezagarte, buscando algún sendero entre huertos para atravesar el pago y acceder a la ladera opuesta con la intención de sorprenderlo por detrás.
A pesar de que la distancia es importante y la noche siempre resulta engañosa, tú jurarías que se trata de un ser más bien pequeño. Has descartado que sea de un animal… ¿quién acecha a estas horas de la noche?
Emocionado, piensas que podría tratarse de una de esas criaturas fantásticas que se rumorea habitan el bosque de Corocín.
Estimulado por tu propia cacería personal, te alejas del grupo y reculas, atravesando con cautela los huertos de las afueras de la aldea para acceder al ribazo opuesto, sin perder de vista al escurridizo personaje. Tienes que prestar mucha atención al fijarte, acechando sus movimientos a la par que reptas hacia él para no perderlo de vista. Tu capacidad de observación se ve sometida a una difícil prueba.
Lanza un
dado. Si sale 1, 2 o 3, pasa a
162.
Si sale 4,
5 o 6, pasa a 44.