164
Cuando parecía que todo iba a terminar y te disponías para un desenlace fatídico, el corueco se detiene, borbotea y retrocede fijando su gualda mirada algo más arriba, a tu espalda. Una insólita refulgencia celeste se refleja sobre su busto haciendo que el corueco rezongue exacerbado. Se zarandea con exasperación, pero continúa replegándose hasta que penetra de nuevo en el follaje, dejando tras de si un hedor nauseabundo y un diminuto rastro de sangre.
Te preguntas con cierto resquemor que debe ser lo que hay a tu espalda para que haya conseguido ahuyentar a un corueco. Muy lentamente, te das la vuelta para presenciar una extraordinaria visión: un hombre espigado parece flotar sobre el suelo y desciende lentamente, rodeado por un halo azulado que resplandece. Su rostro es aristado, su ojo derecho está tapado por un parche oscuro y lleva una larga cabellera blanca con una trenza que reposa en su hombro. Lleva un manto que le llega hasta sus pies descalzos y sostiene un báculo de madera tallada en la que se puede ver el relieve de una serpiente enroscada alrededor. A medida que toma contacto con el suelo, la reverberación luminosa decrece hasta desaparecer.
—¿Qué extraños motivos te han traído de noche hasta este bosque para enfrentarte a un corueco?
Te excusas torpemente y le agradeces la ayuda, explicando que te has perdido en el bosque por error. Te presentas y le confiesas tu sorpresa al verle, preguntándole su nombre, mientras recoges tu espada.
—Estoy donde me corresponde y éste es mi retiro espiritual. Me llamo Linar, pero no creo que eso importe puesto que ya no mantengo contacto con la civilización. Me has dicho que te has perdido, muchacho. ¿Se puede saber adónde te dirigías?
Te resulta imposible dar un respuesta precisa y decides explicarle que estabas siguiendo a un grupo de guerreros de Uhdanfiún para descubrir en qué consiste el misterio de la cacería secreta.
—Interesante. Puedo intentar localizarlos, pero para ello necesitaría pasar por casa. Si te apetece tomar algo, estás invitado.
Si le pides
a Linar que te lleve hasta los lindes del bosque, pasa a 42.
Si aceptas
su invitación, pasa a 76.