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En ese momento sucede algo inesperado. Cuatro lobos enormes han saltado por encima del declive y plantan cara ferozmente al grupo de Deilos. El más grande de todos tiene un pelaje gris plomizo y una cresta blanca encima del lomo. Escucháis voces de desconcierto y temor.
Ambos los habéis reconocido; ella mira fascinada por un instante la manada que os está salvando. Tú oteas los alrededores y de pronto la descubres, serena y sonriente, observándote detrás la maleza: es Tríane. Te hace un gesto explícito y tú tiras de la muchacha para seguir huyendo.
Te acabas de convertir en un forajido y un rebelde. Pero podrás vivir más aventuras en el reino de Tramórea… y probablemente lo harás en buena compañía. Quizá lo mejor sea ir a Ritión por un tiempo. Esconderse junto al mar siempre resulta más agradable. Zarenyo te recomendó unos lugares preciosos que había por allí y a lo mejor hasta te puede dar cobijo si le cuentas lo ocurrido esta noche.
FIN