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Retomas tu vigilancia del grupo. Constatando que se acaban de detener en un sendero que asciende hacia una cabaña situada sobre una loma, algo más aislada del resto. Te acercas al otro extremo de la casa, deteniéndote en la tapia que delimita los terrenos de la choza con la ladera que lleva al bosque.
Desde esa privilegiada posición, adviertes cómo Deilos ha reunido al grupo y empieza a dar instrucciones.
El fornido Taifos toma la cabeza, seguido de cerca por Deilos. Algo más atrás les sigue Dahzor.
Tauldos y Brathar se quedan más abajo vigilando el cruce de senderos por el que han venido.
Merkar se ha colocado a medio camino entre los dos equipos, con el arco cargado y tensado a la altura de la cintura.
En ese momento percibes cómo Taifos desenvaina lentamente su espada dirigiéndose al interior de la cabaña.
Turbado y azorado, entiendes demasiado tarde que no se disponen a robar unas gallinas…