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No entiendes lo que te está proponiendo. Le cuentas que al llegar al campamento piensas denunciar la infamia de Deilos y su grupo, para que se les aplique el castigo correspondiente.
—No lo has entendido, muchacho —te contesta con voz clara y serena—. Ellos también lo saben. Acompáñame.
Tríane te precede. Te impresiona comprobar como se desplaza sin hacer el más mínimo ruido. Os infiltráis en el campamento con total discreción y os acercáis a la tienda del maestro Turpa. Del interior surge claramente una conversación con otra persona a la que reconoces de inmediato: es Deilos, que le está informando de lo sucedido.