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Te diriges a la tienda del médico donde se encuentra tu compañero Zarenyo para interesarte por su salud. Te mueves con sigilo para no molestar a los que ya están descansando. Cuando te estás acercando a la carpa, ves salir a dos figuras de su interior. Una de ellas es Larletos, el médico de la expedición, que está hablando con Turpa, el instructor responsable del campamento. Esperas a que hayan terminado para solicitar permiso. No se han dado cuenta de tu presencia y puedes escuchar la conversación que ambos mantienen.
—… sigue durmiendo; su recuperación será compleja y larga. Esa fractura tiene mal aspecto.
—Sinceramente, me alegro. Espero que de este modo renuncie y abandone la academia. Ese Ritión no es digno de Uhdanfiún y tengo malas experiencias con ese tipo de gentuza.
—Por cierto, hace un momento me ha parecido ver pasar a Deilos con sus amigos…
—No se preocupe, Maese Larletos. Deilos cuenta con mi absoluta confianza.
