Tras las revelaciones al autor del general retirado Mario Vargas Salinas en noviembre de 1995, el presidente de Bolivia, Gonzalo Sanchez de Lozada, decretó el levantamiento del secreto militar en torno al lugar donde se hallaban los restos del Che Guevara y sus guerrilleros caídos. A pesar de la oposición del alto mando militar boliviano (que además puso a Vargas Salinas bajo arresto domiciliario, para silenciarlo), se inició una larga y tortuosa búsqueda. Finalmente, en julio de 1997, el cadáver del Che fue descubierto en una fosa común situada bajo la pista del aeródromo de Vallegrande. En la foto inferior, el antropólogo forense argentino Alejandro Inchaurregui, jefe del equipo que dirigió la búsqueda, durante las excavaciones. Fotos del autor