Notas
[0] Personaje del escritor norteamericano James Thurber, Walter Mitty es el prototipo de hombre tímido que se pierde constantemente en fantasías de aventuras heroicas de las cuales es protagonista exclusivo. (N. del T.)<<
[1] Serna era su apellido materno.<<
[2] Tratándose de socios, Guevara Lynch parecía condenado a sufrir, porque cuando la empresa ya estaba en marcha, Verbruch lo abandonó después de sufrir una desgracia personal y caer en una depresión profunda y prolongada. Después Guevara Lynch consiguió otro socio, llamado Rossi. La empresa sobrevivió con altibajos hasta que el golpe militar derechista de 1976 obligó a Guevara Lynch a huir del país.<<
[3] Jorge, el hermano menor de Celia, era un sujeto pintoresco a quien le gustaba vagar por el país como una especie de aventurero solitario. La familia —y Ernesto en particular— lo quería muchísimo, pero estaba loco y por lo menos en una ocasión fue necesario internarlo en un hospital psiquiátrico, de donde salió con la cabeza rapada y vestido de cuero de pies a cabeza.<<
[4] Después de la muerte del Che, su padre halló este diario y lo incluyó en su libro Mi hijo el Che. Según él, aparte de algunos pasajes ilegibles, la versión publicada es fiel al original.<<
[5] Chichina y Dolores Moyano eran primas hermanas. El padre de Dolores, que era arquitecto, conocía a Guevara Lynch debido a su empresa constructora. Los Ferreyra eran parientes políticos de la ilustre familia Roca, cuyo hijo Gustavo era amigo de Ernesto. Su padre, uno de los dirigentes originales de la Reforma Universitaria, también era un eminente arquitecto cordobés y conocido de Guevara Lynch. Y Tatiana Quiroga, amiga de la infancia de los Ferreyra y los Guevara, era novia de un primo de Chichina, Jaime (Jimmy) Roca, su futuro esposo.<<
[6] Notas de viaje fue la crónica que Ernesto escribió sobre su viaje utilizando extractos de su diario. Fue transcrito y publicado póstumamente por la viuda del Che, Aleida March. Cabe suponer que se trata de una versión auténtica e integral del original.<<
[1] Tal como vaticinó, Ibáñez ganó las elecciones y Salvador Allende fue el candidato menos votado. Sin embargo Ibáñez, lejos de nacionalizar las minas, se vio obligado a suplicar ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) para cubrir el gran déficit de la balanza de pagos.
Las duras medidas antiinflacionarias impuestas por el FMI causaron gran descontento y una mayor polarización de la política interior. Estados Unidos cumplió un papel preponderante en la economía chilena hasta 1970, cuando Salvador Allende se convirtió en el primer presidente socialista del hemisferio consagrado por el voto popular. Una de sus primeras medidas fue la nacionalización de las minas. Pero la influencia norteamericana no disminuyó. Menos de tres años después, el gobierno de Allende fue derrocado violentamente por un golpe militar con respaldo norteamericano.<<
[8] Según Pepe Aguilar, Ernesto no trató de ver a Chichina de nuevo a su regreso a casa, sino que le envió el pañuelo.<<
[9] Este diario personal inédito, que abarca los tres años siguientes de la vida de Guevara, fue hallado y mecanografiado después de su muerte por su viuda Aleida March. Aparte de algunos pasajes, nunca fue divulgado, pero ella puso el texto íntegro a disposición del autor. Aparentemente no está expurgado, salvo en algunos pasajes sexualmente gráficos que ella admite haber eliminado para defender el «pudor» de la imagen de su difunto esposo. En 2000, el diario finalmente fue publicado por el Centro de Estudios Che Guevara bajo su título original: Otra vez.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[11] Años después, Walter Beveraggi se convirtió en un conocido ultranacionalista y antisemita. Su libro El dogma nacionalista ataca la «democracia» y el «liberalismo», males gemelos de una sociedad moderna y decadente.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[13] El año anterior, cuando Myrna estudiaba en California, se había comprometido con un estudiante canadiense que conoció allí, pero una vez de vuelta en Guatemala, se había enamorado del guatemalteco Humberto Pineda. Myrna le explicó al autor que cuando se marchó a Canadá en marzo de 1945, fue para decirle al canadiense que ya no podía casarse con él. Sin embargo, el viaje de Myrna dejó a su novio, Humberto, sintiéndose «inseguro». El único «corazón destrozado» pertenecía, según ella, al cubano Armando Arencibia, quien se había enamorado perdidamente de ella.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[15] En agosto Castillo Armas le permitió a Arbenz partir a México, no sin antes infligirle una última humillación en el aeropuerto. Lo abucheó una turba de partidarios del dictador, y en la aduana tuvo que desnudarse a la vista de todos.<<
[16] El vaticinio resultaría certero: el patricio Pellecer consiguió asilo en México, donde repudió sus ideas anteriores y escribió panfletos anticomunistas con auspicios de la CIA.<<
[17] Años después, el hijo de Asturias se convertiría en dirigente guerrillero bajo el nombre de guerra de Gaspar Ilom, personaje indígena de una novela de su padre.<<
[18] En realidad, el peligro potencial era mayor de lo que suponía, porque la CIA ya tenía un legajo sobre él. Según Peter Grose, en su cortés biografía del director de la CIA Allen Dulles, Gentleman Spy: The Life of Allen Dulles, Houghton Mifflin, 1994, «semanas después del golpe, al ordenar el archivo del régimen derrocado de Arbenz en Guatemala, David Atlee Phillips encontró una hoja sobre un médico argentino de veinticinco años que había llegado a la ciudad en enero para estudiar la atención médica en medio de una revolución social. “¿Abrimos un expediente sobre este sujeto?”, preguntó su asistente. Aparentemente el joven médico había tratado de organizar la última resistencia de los leales a Arbenz; luego había buscado refugio en la embajada argentina y finalmente había partido a México. “Sí, será mejor que lo tengamos en archivo”, dijo Phillips. Con el tiempo, el legajo de Ernesto Guevara, llamado “Che”, sería el más abultado del archivo general de la CIA».<<
[19] Ricardo Ramírez, que entonces tenía veintitrés años, sería luego el comandante «Rolando Morán» del Ejército Guerrillero de los Pobres, la más fuerte de varias guerrillas marxistas que aparecieron a principios de los años sesenta y combatieron a los sucesivos gobiernos guatemaltecos durante casi cuatro décadas. En enero de 1997, el EGP y sus aliados de la coalición guerrillera URNG se preparaban para desmovilizarse después de negociaciones prolongadas que condujeron a un acuerdo de paz firmado en diciembre de 1996, al cabo de treinta y seis años de guerra civil.<<
[20] Mientras esperaba, fue al lago Atitlán y las montañas de Guatemala.<<
[21] Ernesto y el Patojo se mantuvieron en contacto y llegaron a formar una estrecha amistad. Años después, Ernesto Guevara escribiría un relato en honor de su amigo titulado simplemente «El Patojo».<<
[22] Ernesto y Luis de la Puente Uceda no se encontraron esta vez porque Uceda ya había partido hacia Perú cuando Hilda y Ernesto estaban recomponiendo sus asuntos. A pesar de esta oportunidad perdida, se conocerían pocos años después, en Cuba, cuando Uceda estaba organizando un movimiento guerrillero peruano.<<
[23] Se refiere a la reciente reconciliación de Perón con los intereses financieros norteamericanos y su controvertido proyecto de ley que permitía a la Standard Oil realizar exploraciones en los yacimientos petrolíferos de la Patagonia.<<
[24] El caimán verde era el eufemismo empleado por el poeta comunista cubano Nicolás Guillén para referirse a la isla con forma de reptil.<<
[25] El Diario de un combatiente del Che le daría el material para su libro Pasajes de la guerra revolucionaria, publicado por primera vez en La Habana en 1963. El gobierno cubano publicó una versión cuidadosamente censurada de los tres primeros meses del diario, pero el texto original, que la viuda del Che, Aleida March, facilitó al autor, es inédito hasta el presente y da detalles tan francos como reveladores sobre la vida de Guevara durante la guerra de guerrillas. Véanse más detalles en el apéndice.<<
[26] Jamás se ha aclarado el número exacto de supervivientes del Granma. Todos los relatos oficiales coinciden en que los supervivientes que se reagruparon para conformar el núcleo del Ejército Rebelde eran «doce». Esta cifra, con su descarado simbolismo apostólico, fue consagrada por el periodista revolucionario e historiador oficial Carlos Franqui en su libro Los doce. Como muchos adherentes de la primera época, Franqui luego pasó a la oposición y se fue al exilio.<<
[27] El nombre completo de Castro es Fidel Alejandro Castro Ruz.<<
[28] Es de suponer que Hilda tenía cartas, poemas y otros escritos que Ernesto había dejado a su cuidado.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[30] La mayoría de los trabajadores del azúcar eran contratados para los cuatro meses de la zafra. Durante el llamado «tiempo muerto» viajaban por el país como trabajadores itinerantes o iban a la cosecha del café o el tabaco.<<
[31] New deal, la política del presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt (19321944) para combatir la Depresión y el desempleo. (N. del T.)<<
[32] Esta carta desapareció de los archivos oficiales de la historia revolucionaria de Cuba, al igual cualquier otro testimonio sobre los contactos secretos entre miembros del 26 de Julio con el gobierno norteamericano durante la campaña guerrillera. Sin embargo, es evidente que esos contactos se produjeron. Crónicas anteriores indican que comenzaron en el verano boreal de 1957. La observación del Che sugiere que ya en marzo funcionarios del gobierno norteamericano sostenían conversaciones con camaradas de Fidel en la clandestinidad.<<
[33] El tercer joven, Charles Ryan, se quedó unos meses más, hasta que se cansó de la vida guerrillera y decidió partir.<<
[34] Después de la guerra los hermanos Beatón se convirtieron en forajidos, asesinaron a un comandante revolucionario y se alzaron en armas contra la revolución, hasta que fueron detenidos y ejecutados. Joel Iglesias llegó a ser comandante del ejército y dirigente de la organización Juventud Rebelde. Después de la guerra, Cantinflas continuó en el ejército con el grado de teniente.<<
[35] Israel Pardo y Teodoro Banderas regresaron sin haber podido encontrar ni a René Cuervo ni a Sinecio Torres. Más tarde, Cuervo fue detenido y fusilado por un pelotón revolucionario. Se desconoce la suerte de Sinecio Torres. Banderas murió en combate. Pardo sobrevivió y continuó en el ejército revolucionario después de la guerra, cuando alcanzó el grado de capitán. El Mexicano alcanzó el grado de capitán en el Ejército Rebelde, pero cuando uno de los hombres que lo había delatado murió en combate, se sospechó que él lo había asesinado. En 1962, según el Che, vivía en Miami y era un «traidor a la revolución».<<
[36] Universo Sánchez era guardaespaldas de Fidel desde su exilio en México, pero en las promociones de marzo Fidel lo había ascendido a jefe de escuadrón y miembro del estado mayor, a la vez que escogió como guardaespaldas a uno de los guajiros de Crescencio Pérez, el excarnicero Manuel Fajardo.<<
[37] Al instituir una jerarquía, el Che bautizó a los novatos de su columna «los descamisados», el célebre término que usaba Evita Perón para sus seguidores obreros. Todos empezaban como humildes descamisados y realizaban trabajo de «fajina» para ganarse el reconocimiento de «combatiente».<<
[1] La del Che era la Segunda Columna del Ejército Rebelde, pero la llamaban la Cuarta para despistar al enemigo.
Los historiadores cubanos suelen mencionar el ascenso del Che como prueba de la alta estima en que lo tenía Fidel, quien lo favoreció más que a su hermano, pero sin explicar por qué Raúl no mereció ese honor. Tal vez la respuesta se encuentre en la breve crónica de ese día clave en el diario del Che: «Allí se vieron varios ascensos. Yo tenía cargo de comandante, al guajiro Luis [Crespo] se le daba cargo de teniente, Ciro [Redondo] era capitán y se nombraba teniente a Raúl Castro, que había sido destituido por una insubordinación de todo el pelotón…»
Lo que sucedió ese día con Raúl y sus hombres no consta en los escritos publicados del Che ni en las historias oficiales de la Revolución Cubana. Los historiadores cubanos difícilmente podrían obtener los detalles: Raúl Castro es el poderoso jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba y heredero designado de su hermano.<<
[39] El Movimiento 26 de Julio tenía una célula clandestina activa entre los empleados cubanos de la base de Guantánamo, y robaba armas y municiones de los depósitos desde antes de la expedición del Granma.<<
[40] La primera sección del diario de campaña de Guevara obtenida por el autor comienza el 2 de diciembre de 1956 y termina el 12 de agosto de 1957. Se ha perdido la sección central, que va del 13 de agosto de 1957 al 17 de abril de 1958. La segunda sección que posee el autor va del 18 de abril de 1957 al 3 de diciembre de 1959, un mes antes del fin de la guerra. El autor obuvo información sobre los meses que faltan a partir de entrevistas realizadas por él y materiales publicados, incluidos los escritos de Guevara sobre el período. Véase Pasajes de la guerra revolucionaria en la bibliografía.<<
[41] El padre Guillermo Sardiñas, un sacerdote de Santiago, se había unido a los rebeldes en junio.<<
[42] El Che reconoció su período de dudas —dentro del cual este episodio fue un hito importante— en su carta de despedida a Fidel antes de partir al Congo en 1965. «Al pasar revista a mi vida pasada, creo que he trabajado con suficiente integridad y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única deficiencia seria fue no haber confiado más en ti desde los primeros momentos en la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente rapidez tus cualidades de líder y revolucionario».<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[44] Héroes de la guerra de independencia nacional cubana a fines del siglo XIX.<<
[45] Al finalizar la guerra los rebeldes de Oriente habían «liberado» de esta forma unas diez mil cabezas de ganado. Fue una de las medidas más aplaudidas del Ejército Rebelde y le granjeó el apoyo de muchos guajiros que por primera vez poseían ganado.<<
[46] Bob Taber, el periodista de la CBS, acabaría por cruzar la barrera al convertirse en activista, fundar el Fair Play for Cuba Committee y abogar por el gobierno de Castro en Estados Unidos. El espíritu romántico que llevó a Herbert Matthews a ensalzar a Fidel Castro en un principio minó su credibilidad periodística y finalmente arruinó su carrera en el New York Times. El joven periodista ecuatoriano Carlos Bastidas, que llegó a la Sierra a principios de 1958, partió con la decisión de abogar por la causa revolucionaria ante la Organización de Estados Americanos en Washington. Pero antes de que pudiera abandonar el país, fue asesinado por el servicio de inteligencia de Batista.<<
[47] Rojo se había unido a su mentor político, Arturo Frondizi, quien en 1956 se había separado del Partido Radical para formar la facción liberal Unión Cívica Radical Intransigente. Cuando el general Aramburu convocó elecciones, Rojo desempeñó un papel fundamental en el inicio de las negociaciones entre el partido de Frondizi y Perón —quien aun en el exilio ejercía un gran poder— para obtener el crucial voto peronista para aquél. La gestión tuvo éxito: Frondizi ganó las elecciones presidenciales de febrero de 1958. La recompensa de Rojo fue un puesto diplomático en Bonn.<<
[48] Junto con este cargamento de armas llegó Pedro Miret, que en el momento de la partida del Granma estaba encarcelado en México, y se incorporó al estado mayor de Fidel. Con él venía Huber Matos, maestro y cultivador de arroz en Manzanillo que se había exiliado el año anterior después de ayudar al transporte de los primeros refuerzos rebeldes hacia la sierra. Fidel lo ascendió a oficial y luego a comandante de la Columna 9. El piloto del avión (que los rebeldes quemaron después de descargarlo) era Pedro Luis Díaz Lanz, desertor de la fuerza aérea batistiana. Antes del fin de la guerra Díaz Lanz realizaría varios transportes de armas, y recibiría el grado de jefe de la fuerza aérea revolucionaria. Más adelante se convirtió en uno de los enemigos más peligrosos del régimen castrista.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[50] El 8 de junio, en medio del caos generalizado, un extraño visitante norteamericano apareció en el campamento rebelde. Según el Che, era «un gringo muy sospechoso con mensajes de gente de Miami y unos planes estrafalarios». El hombre quiso hablar con Fidel, pero lo retuvieron. A la mañana siguiente, después de un bombardeo intenso en el sector oriental del frente cerca de la aldea de Santo Domingo, el Che informó a Fidel de la visita. «Fidel había recibido aviso que el gringo era o FBI o contratado para matarlo». Según Pedro Álvarez Tabío, director del archivo histórico del gobierno cubano, probablemente se trataba de Frank Fiorini, un contrabandista de armas. Posteriormente, Fiorini participó en las operaciones anticastristas de la CIA de los años setenta bajo el seudónimo de «Frank Sturgis» y ganó fama como uno de los «ladrones» del escándalo Watergate.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[52] Fidel convenció a Quevedo para que se uniera al Ejército Rebelde. Varios oficiales lo hicieron durante la guerra.<<
[53] Rodríguez nunca habló mucho sobre este viaje. Sólo dijo que en la zona de Raúl no había hallado «sino comprensión para los comunistas, pero cuando llegué a Fidel en la Sierra Maestra esta comprensión se había vuelto suspicacia». Rodríguez indudablemente se refería al antagonismo que despertó su presencia en Carlos Franqui, Faustino Pérez y otros hombres del llano que se encontraban en la sierra. El Che parecía aludir a esto cuando, días después de la partida de Rodríguez, advirtió «la formación de una oposición dirigida por Faustino y compuesta también por Franqui y Aldo Santamaría [hermano de Haydée Santamaría y del difunto Abel Santamaría ] en la Sierra Maestra».<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[55] Muchos hombres acompañaron al Che en su larga marcha hacia el Escambray, pero algunos empezaron a sufrir de «apendijitis» o cobardía. El 7 de octubre licenció a siete hombres «en un intento de barrer la escoria de la columna», según informó a Fidel. La noche siguiente despidió al voluntario norteamericano Herman Marks, quien tenía el grado de capitán. El gringo, veterano de la guerra de Corea, había sido un excelente instructor de los hombres del Che y en los últimos meses había demostrado su coraje en combate, pero el Che no lamentó su partida. «Estaba herido y enfermo pero, fundamentalmente, no encajaba en la tropa», escribió en su diario. Enrique Acevedo entró en mayores detalles. El norteamericano era «valiente hasta la locura en el combate, déspota y arbitrario en la paz del campamento». Según Acevedo, era particularmente inquietante su afición a las ejecuciones de los condenados y con frecuencia se ofrecía como voluntario con un entusiasmo obsceno.<<
[56] Después de la revolución, Carreras volvió al Escambray con otros excombatientes revolucionarios descontentos e inició una guerra de guerrillas contra la revolución. Fue apresado y ejecutado en 1961.<<
[57] Oltuski dijo que el llano había recaudado esa suma, parte de la cual entregarían al Che para demostrar que contaban con apoyo suficiente como para prescindir del robo de bancos.<<
[58] Víctor Paneque, apodado «Diego», era jefe de acción de Las Villas; Oltuski había dicho al Che que él también se oponía a los robos de bancos. En sus memorias, Oltuski dice que Diego quedó atónito al enterarse de los planes del Che, que era una «locura» que espantaría a los simpatizantes del 26 de Julio y estaba «seguro» de que Fidel no aprobaría semejantes acciones.<<
[59] Dirigente del sindicato azucarero asesinado por Casillas en 1948.<<
[60] Según el historiador Hugh Thomas, uno de los fusilados fue el jefe de policía, coronel Cornelio Rojas. En el momento de su ejecución, Rojas pidió que se le permitiera dar la orden de fuego, lo que le fue concedido.<<
[61] Esta cita aparece en Antes que anochezca (véase la bibliografía). Arenas se convertiría en un autor conocido, pero sufrió debido a su homosexualidad. Años después, huyó de Cuba y se instaló en Nueva York hasta su muerte.<<
[62] Borrego, quien conoció a Marks en La Cabaña, lo describe como un hombre huraño, un «sádico» que disfrutaba de participar en los pelotones de fusilamiento. Tenía unos cuarenta años, hablaba mal el español y, según los rumores, era prófugo de la justicia norteamericana. Después de varios meses desapareció de Cuba.<<
[63] A fines de enero, Fidel había viajado a Venezuela para agradecer al régimen saliente de Larrazábal sus envíos de armas durante la guerra. Allí hizo declaraciones que fueron interpretadas por los analistas como una amenaza implícita al dictador nicaragüense Somoza. También se reunió con el presidente electo Rómulo Betancourt, el político que había despertado tanta desconfianza en el Che cuando se conocieron en Costa Rica. Aquél revelaría más adelante que Fidel le preguntó si podía contar con que Venezuela abasteciera de petróleo a Cuba, ya que planificaba un «juego con los norteamericanos». Betancourt, firme aliado de Washington, replicó secamente que Fidel podía comprarle petróleo como cualquier otro cliente: al contado y en efectivo.<<
[64] Al regresar a Buenos Aires, Masetti publicó Los que luchan y los que lloran, un relato de sus experiencias en la Sierra Maestra, opúsculo elogioso de la Revolución Cubana y sus dirigentes.<<
[65] Algunos historiadores atribuyen gran importancia a estas declaraciones apaciguadoras para insinuar que el gobierno de Eisenhower «perdió» Cuba por tratar a Castro de manera tan descomedida. Sin embargo, los hechos posteriores sustentan la teoría de que Fidel se limitaba a decir lo que su auditorio quería oír. De vuelta en La Habana, un mes después del viaje por Estados Unidos, un funcionario norteamericano entregó a López Fresquet un mensaje del «señor Bender» para Fidel. «Informé a Castro —dijo López Fresquet—. No me respondió y jamás me dio información para transmitir al señor Bender». Sea como fuere, un año después el gobierno de Urrutia pasaría a la historia, desplazado por Fidel y sus camaradas izquierdistas; López Fresquet, el enlace frustrado, renunciaría a su puesto y se marcharía al exilio.<<
[1] Otra versión aparentemente fidedigna es la del hijo de Anastás Mikoyán, Sergo, quien acompañó a su padre y Leonov a Cuba. En 1994, Mikoyán dijo al autor que conocía a Leonov desde años antes. Eran de la misma edad y habían sido condiscípulos.
Que él supiera, el KGB había enviado a Leonov a México con el pretexto de trabajar para una editorial estatal soviética. En la misma época, otro amigo suyo fue a Estados Unidos con una misión similar, y éste «sin duda era de la KGB».
Mikoyán coincide en que Leonov conoció a Raúl Castro por casualidad, pero dice que los encuentros posteriores en Ciudad de México fueron intencionales. «Lo irónico es que la KGB le dijo que suspendiera esos encuentros». Mikoyán cree que esa orden se debió a las presiones de los comunistas cubanos, quienes aún desestimaban a Fidel Castro y su movimiento por considerarlos «burgueses y putschistas».<<
[67] Tal vez nunca se conozca la verdad sobre la suerte de Camilo Cienfuegos, pero es evidente que el Che jamás culpó a Fidel por su desaparición. El Che sentía gran afecto por Camilo; puso su nombre a su primer hijo, y cuando partió de Cuba el único retrato en la pared de su oficina privada era el de Camilo. Si alguna vez hubiese sospechado que Fidel fue cómplice de su muerte, difícilmente hubiera permanecido lealmente a su lado durante los cinco años siguientes.<<
[68] Los ministros que tomaron partido por Pazos en el asunto de Matos perdieron inmediatamente sus puestos. Eran Justo Carrillo, Manuel Ray y la antigua pesadilla del Che, Faustino Pérez. Osmany Cienfuegos, hermano de Camilo y miembro del PSP desde hacía muchos años, reemplazó a Ray. Un cuñado de Vilma Espín, la esposa de Raúl, ocupó el puesto de Faustino. Pazos, Carrillo y Ray partieron de Cuba, pero Pérez recuperó poco después la estima de Fidel.<<
[69] El 24 de noviembre, mientras él estaba en Pekín, Aleida había dado a luz a una niña. La llamó Aleida, como ella, pero el cabello y los ojos de la recién nacida eran como los de su padre.<<
[70] A pesar de las numerosas expropiaciones, muchas de las tierras cultivadas permanecían en manos de pequeños granjeros, que continuaban labrando sus parcelas sin ser estorbados por el gobierno. En 1963, una nueva disposición redujo el tamaño de las propiedades, pero la revolución nunca erradicó por completo a esos orgullosamente independientes granjeros guajiros.<<
[71] Hacia 1960, según Evan Thomas, el autor de un libro sobre los primeros años de la CIA (véase la bibliografía), la CIA había elaborado con James Boudish nombres en código para sus objetivos: Fidel era AMTHUG, mientras que el Che era AMQUACK<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[73] Meses después, cuando Argentina rompió las relaciones con Cuba, el Che quiso invitar a su hermano Juan Martín a viajar en el vuelo que llevaría a los diplomáticos y a un grupo de comunistas argentinos a La Habana. Según María Elena, su esposa de entonces, Juan Martín estaba dispuesto a viajar, pero no pudo a raíz de dificultades de último momento. La necesidad de ganarse la vida y mantener a su esposa e hijos le impidieron volver a Cuba mientras su hermano estuvo con vida. Tampoco lo hicieron Guevara Lynch ni otros parientes salvo Celia madre.<<
[74] Cooke soñaba con un regreso triunfal de Perón a la patria a la cabeza de una alianza revolucionaria reconstruida con apoyo cubano. Antiguos camaradas de Cooke dicen que después de demostrar cierta indiferencia debido a su escepticismo con respecto a Perón, el Che acabó por hacerse amigo de aquél y su esposa, Alicia Eguren. En el curso de varias conversaciones, los argumentos de Cooke permitieron al Che adquirir una perspectiva más amplia del peronismo como fuerza revolucionaria en potencia; a su vez, éste le ayudó a asimilar conceptos marxistas-leninistas. Esto ayudó a dar impulso a la «corriente» revolucionaria de Cooke, la Acción Revolucionaria Peronista (ARP). Ese verano de 1962, con la aprobación del Che, los hombres de Cooke empezaron a entrenarse como guerrilleros con vistas a una futura guerra revolucionaria en Argentina.<<
[75] Resulta irónico que ni el Che ni Masetti ni Cooke vivirían para verlo, pero con el tiempo, las fuerzas que ayudaron a poner en marcha desatarían un período de violencia revolucionaria y represión militar brutal que en años subsiguientes modificaría drásticamente el panorama político de la Argentina moderna.<<
[76] Posteriormente se cambió el nombre del Congo por Zaire; la capital Leopoldville se llamó Kinshasa, y Stanleyville, Kisangani. [Después de escrito este libro, el país recuperó el nombre de República del Congo. (N. del T.)]<<
[77] Aunque no respondió a algunas acusaciones, Piñeiro refutó la versión de Bustos al asegurar que todos los movimientos de Masetti estaba coordinados desde La Habana. «Si Masetti fue a Argelia, lo hizo con la aprobación previa del Che; si no, Ben Bella la hubiera pedido».<<
[78] En su libro Mi amigo el Che, Rojo dice que Masetti estuvo presente en algunas de las sesiones con el Che; en cambio, Ciro Bustos asegura que Masetti jamás se separó del grupo salvo durante el breve viaje a Argelia desde Praga.<<
[79] Aparentemente sus camaradas supervivientes han olvidado el nombre verdadero de «Miguel», pero todos recuerdan que era un judío argentino instruido, un detalle significativo a la luz de lo que sucedió con el grupo cuando llegó a Argentina.<<
[80] En vista de la incapacidad persistente y demostrada del aparato de seguridad cubano para ejecutar con éxito los proyectos guerrilleros del Che, muchos exmilitantes como Ciro Bustos y varios de sus camaradas echaron la culpa a Piñeiro. Sin embargo, éste tenía una tarea ingrata. Además de asistir a los grupos de Béjar y Masetti, su departamento ayudaba a las guerrillas guatemalteca, colombiana y venezolana, entre otras. Y había problemas en todos los frentes, desde dificultades logísticas y de comunicaciones hasta rupturas en distintas facciones, así como reveses militares y políticos.<<
[1] Edelman reconoció que su partido era «dogmático» y «reformista», carecía de espíritu revolucionario y rechazaba de plano la «lucha armada» como medio para conquistar el poder. «Era un período histórico en la vida de nuestro partido en que todas las guerrillas, todos los grupos armados, eran tabú».
En efecto, a pesar de sus sonoras proclamas de solidaridad revolucionaria con la Cuba socialista, en su país el Partido Comunista argentino era una burocracia monolítica y arraigada, interesada sobre todas las cosas en obtener la legalidad política. Como los partidos afines de Bolivia, Perú y Chile, se oponía enérgicamente a los llamamientos a la lucha armada provenientes de sus militantes jóvenes, inspirados por el ejemplo cubano. El Che lo sabía y por eso no sólo intentaba crear un foco guerrillero a espaldas del partido sino que contaba con que los comunistas disidentes se incorporarían como combatientes.<<
[82] Es evidente que el Che Guevara era sospechoso de cuanta cosa rara sucediera en el mundo, porque su nombre apareció en varios expedientes de la comisión Warren que investigaba el asesinato de John Kennedy. Los agentes del FBI de J. Edgar Hoover solían enviar informes extravagantes. Uno dijo haber visto al Che Guevara con Jack Ruby —el asesino de Lee Harvey Oswald— en Panamá.<<
[83] Gustavo Roca era marxista, enfant terrible de una destacada dinastía conservadora de Córdoba, primo de Chichina Ferreyra, el amor juvenil del Che, y amigo de éste en la adolescencia. Durante los meses y años siguientes, Roca hizo lo posible por denunciar las «violaciones a los derechos humanos» cometidas con los guerrilleros detenidos y las irregularidades de su proceso, pero su función más importante era servir de correo personal entre el Che, los presos y los supervivientes de la red clandestina de apoyo en Argentina.<<
[84] Después de la partida del Che de Cuba, tanto Padilla como Mora sufrieron una suerte lamentable. Mora jamás se recuperó de su caída en desgracia y se suicidó de un balazo en la cabeza en 1972. El mismo año, Padilla fue detenido por la Seguridad del Estado. El Sindicato (oficial) de Escritores Cubanos lo sometió al rito humillante de una «confesión» pública de sus presuntos crímenes como «autor contrarrevolucionario». Padeció cárcel, arresto domiciliario, años de persecución oficial y ostracismo hasta que finalmente se le permitió emigrar.<<
[85] En 1962, después de expulsar a Aníbal Escalante de su puesto influyente en las Organizaciones Revolucionarias Integradas y purgar a los «viejos comunistas» sectarios, Fidel anunció que el PURS reemplazaría a las ORI como partido de gobierno, en una etapa más de la transformación gradual de Cuba en un Estado unipartidista. Ese proceso, que liquidaría al Movimiento 26 de Julio, al Partido Socialista Popular y al Directorio Revolucionario, culminaría en octubre de 1965 con la fundación oficial del Partido Comunista cubano.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[**] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[88] Pocos meses después, en abril de 1965, un plenario del partido venezolano resolvió dar «prioridad» a las formas legales de transformación política, lo que eventualmente provocaría una enconada ruptura entre éste y las guerrillas dirigidas por Douglas Bravo con respaldo cubano.<<
[1] Según fuentes cubanas consultadas por el autor, el Che ya le había dicho a Fidel que no quería permanecer en el gobierno revolucionario. Había tomado esa decisión después del viaje a Moscú, convencido de que Fidel no podría resistir las presiones soviéticas para aplicar el modelo socialista del Kremlin. Un pequeño círculo de camaradas que conocían la decisión del Che le rogaron que se quedara por lo menos dos años más para «demostrar» que su modelo económico de «financiación presupuestaria» era mejor para Cuba que el que recomendaban los soviéticos. El Che se negó: esos dos años eran innecesarios, ya que su ministerio funcionaba de acuerdo con sus teorías y había demostrado su validez.
Después de presentar su renuncia —que Fidel aceptó—, inició su viaje en diciembre de 1964 con miras a decidir cuál sería su destino siguiente.<<
[90] Apenas dos meses después, el 21 de febrero de 1965, Macolm X fue asesinado por matones rivales de Nation of Islam mientras pronunciaba un discurso en Nueva York. Tenía treinta y nueve años.<<
[91] La llegada de los instructores, poco después, significó el inicio de más de dos décadas de presencia militar cubana en Angola.<<
[92] Un funcionario chino dijo que el desaire no estaba dirigido al Che, quien se «portaba correctamente», sino a Osmany Cienfuegos, quien había ofendido a los chinos al «alzar la voz» y «hablar demasiado»; se temía que provocara un incidente molesto en la sacrosanta presencia de Mao. En realidad, parece probable que después de la desastrosa visita de la delegación comunista latinoamericana, una gestión con la cual se identificaba al Che en virtud de su posición en Cuba, la ausencia de Mao fuera una táctica para obligar a Guevara a adoptar una posición más claramente chinófila.<<
[93] Este manuscrito, de ciento cincuenta y tres páginas, del cual se decía que sólo se hicieron cinco copias, permaneció guardado bajo siete llaves en los más altos niveles del gobierno revolucionario cubano durante casi tres décadas. A mediados de los noventa, unas pocas copias llegaron a manos de algunos investigadores, incluido el autor de estas líneas. Finalmente, en 1999, treinta y cuatro años después de que el Che lo escribiera, el gobierno cubano autorizó su publicación.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[95] Fidel también aludió al enfado que le provocaba el hecho de que chinos y soviéticos trasladaran sus rivalidades a la isla. Refiriéndose a China sin nombrarla, deploró el intento de distribuir propaganda política no autorizada en tierra cubana. Dijo que sólo el partido de gobierno tenía derecho a hacer propaganda, y que no lo toleraría. Sin embargo, a pesar de esta advertencia, el problema aún no había llegado a su punto culminante. (Véanse más detalles en el apéndice.)<<
[96] Evidentemente se refería a cuando perdió momentáneamente la confianza en Fidel a raíz del Pacto de Miami durante la revolución.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[98] El Che tenía buenos motivos para ocultar sus planes secretos a Hilda. Según un amigo íntimo suyo que sí conocía esos planes, Hilda representaba un riesgo debido a su afición por hacerse «hada madrina» de cualquier guerrillero latinoamericano que visitara La Habana. Algunos eran auténticos, otros sólo aspirantes y por lo menos uno, que venía de México, resultó ser un agente de la CIA. Los servicios de seguridad cubanos lo detuvieron y desenmascararon.<<
[99] Los combates finalizaron rápidamente. Las tropas norteamericanas y de países latinoamericanos aliados se retiraron luego de un cese de fuego acordado con la mediación de la OEA que incluía la convocatoria de elecciones. En estos comicios, realizados en 1966, Bosch fue derrotado por su oponente derechista Joaquín Balaguer, quien dominaría la política nacional y ocuparía la presidencia varias veces durante los treinta años siguientes.<<
[100] Alexeiev dice que Bréznev «no mostró demasiado interés» y por eso no entró en detalles sobre la reunión. Pero insinúa que Bréznev jamás hubiera permitido que el asunto afectara las relaciones con Cuba: «Bréznev estaba con Fidel; trataba de aprovechar la amistad de Fidel con Jrushov y tener con él la misma [clase de relación]».<<
[101] El Che advirtió que la carta a sus padres fue enviada en octubre de 1965, después que Fidel rompiera el silencio y divulgara su carta de despedida.<<
[102] Durante mucho tiempo, Aleida se negó a compartir estos escritos, argumentando que eran demasiado íntimos para divulgarlos. Pero ya se han publicado dos de ellos: La duda y La piedra. Véanse más detalles en el apéndice.<<
[103] Días antes el Che había recriminado a Bahaza por abandonar un arma durante el éxodo del frente de Lambert.<<
[104] Un agente de inteligencia cubano que participó en las tareas administrativas de la operación cubana en el Congo dijo al autor que la rivalidad entre chinos y soviéticos afectó de manera directa el desenlace congoleño: «Creo que los soviéticos querían verse libres del Che», aseguró, y añadió que la cooperación soviética con la alianza rebelde apoyada por Cuba y los países africanos tenía por objeto principal competir en un terreno que los chinos consideraban propio; que apenas cambió la dirección del viento, Moscú dio todo su apoyo a la solución negociada, con lo cual condenó a muerte la causa revolucionaria congoleña… además de los esfuerzos del Che. Este análisis se ve reforzado por un alto funcionario de La Habana, que dijo haber leído en los apuntes del Che (presumiblemente en su diario inédito del Congo) que éste sospechaba que los soviéticos habían ejercido «presiones» sobre el presidente tanzano Nyerere para que exigiera el retiro de los cubanos.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[107] Posteriormente el Che legó este esbozo inédito de un manual de filosofía a Armando Hart, quien había virado radicalmente a la izquierda después de la victoria rebelde. Hart llegó a ser miembro del Buró Político, y desde 1976 hasta 1997 ocupó el cargo de ministro de Cultura.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[109] Pombo dijo al autor que enviaron a Papi desde Praga a Bolivia con la intención de pedir a Monje que los ayudara a viajar a Perú y poner en marcha los preparativos para recibir al Che; que él y Tuma fueron luego a Perú a ayudar a Papi. Dijo que estando ellos en Bolivia, comenzó el derrumbe de las guerrillas peruanas y cundió la sospecha de que estaban «infiltradas»; que en ese momento empezaron a discutir la idea de iniciar una guerra en Bolivia. El problema de esta versión —además de contradecirse con la de Ariel— es que Pombo llegó a Bolivia en julio de 1966, pero la desintegración de los rebeldes peruanos había comenzado meses antes, con la muerte de Guillermo Lobatón y Luis de la Puente Uceda y la captura de Héctor Béjar producida en marzo.<<
[110] El Che, que se había llamado «Tato» en África, adoptó el nuevo seudónimo de «Ramón» en Praga; lo usaría también en Bolivia junto con los de «Mongo» y «Fernando».<<
[111] Jamás se ha divulgado la identidad de «Francisco». En la versión publicada del diario de Pombo se dice que era «un enlace cubano» que decidió abandonar la empresa. Piñeiro dice que era un hombre valiente, formado en el combate urbano, pero que quiso retirarse por «razones psicológicas» que no reveló.<<
[112] Durante su estancia en Cuba, el autor obtuvo una copia parcial del diario manuscrito de Pombo, el original mecanografiado posterior y una copia de las correcciones para la versión publicada. Este pasaje es del documento mecanografiado. En 1996, después de tres décadas, la versión corregida del diario de Pombo apareció en Cuba y Argentina con la autorización del gobierno cubano, pero sin este pasaje clave. (Pombo, cuyo nombre verdadero es Harry Villegas, es un general en actividad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba y fidelista leal.)<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[114] Monje se daba más importancia de la que merecía. Desde luego que el Kremlin estaba al tanto del paradero del Che, del que Alexeiev había informado a Bréznev, y en los últimos tiempos había ayudado a evacuar a los combatientes cubanos de Tanzania.<<
[115] Más adelante, descubierta la presencia de los guerrilleros, las autoridades detuvieron a López Muñoz y lo acusaron de colaborar con ellos. Él dijo que era inocente puesto que lo habían engañado, y quedó en libertad. Pero en realidad, participaba de buen grado en el plan guerrillero. Lo había reclutado Inti Peredo, cuya esposa y la de López Muñoz eran primas.<<
[116] La verdadera identidad de «Mercy» se mantuvo en secreto hasta algún tiempo después de que éste muriera en Cuba, en 1997. Según Ulises Estrada, esto se debía al hecho de que su hijo, Percy Alvarado, también miembro de la seguridad del Estado cubano, estaba en activo, infiltrado como un doble agente en los grupos anticastristas radicados en Miami.<<
[117] Antes de regresar a Argentina, Bustos se vio envuelto en una odisea muy extraña y enigmática. Invitado por el gobierno de Mao, fue a China, donde lo recibieron con toda pompa como el lugarteniente guerrillero del Che en la Argentina. En varias reuniones los funcionarios del gobierno chino ofrecieron dar instrucción militar a los «hombres del Che» además de apoyo material y financiero. Pero la tentadora oferta tenía una trampa, revelada en una reunión con el vicepresidente del Congreso Nacional del Pueblo en Pekín: Bustos debía denunciar públicamente a Fidel Castro como «aliado del imperialismo». Atónito, Bustos se negó a hacerlo y su «gira de buena voluntad» terminó poco después. Cuando se reunió con el Che en Bolivia, Bustos relató el encuentro con cierto fastidio. El Che respondió entre carcajadas: «Tuviste suerte. Era el comienzo de la Revolución Cultural, pudiste perder las pelotas». El Che no le aclaró si él había concertado la reunión ni qué clase de trato tenía con los chinos. Poco después los sucesos empezaron a precipitarse y no tuvieron otra oportunidad para discutir el asunto.<<
[118] Ariel dijo al autor que habló con varios grupos izquierdistas clandestinos en Argentina, entre ellos los dirigentes de un pequeño «grupo bastante terrorista». Decidieron que era demasiado difícil y recurrieron a la «opción legal» de apoyar los intentos de Gustavo Roca y otros abogados para que se redujeran las sentencias.<<
[119] Aunque Monje se negó a admitirlo, en Cuba se cree que pasó por Moscú de regreso a Bolivia con el único fin de quejarse en el Kremlin sobre los planes cubanos para su país.<<
[120] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[121] Finalmente, en 2001, Borrego publicó algunos extractos de las críticas del Che en su libro Che: El camino del fuego.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[123] En definitiva, sin contar la red urbana de apoyo, la fuerza guerrillera comprendería a un argentino (el Che), una alemana (Tania), tres peruanos, dieciséis cubanos y veintinueve bolivianos.<<
[124] Poco después Fidel respondió en una carta que el comunista boliviano Simón Reyes ya estaba ahí y que Jorge Kolle Cueto iría a buscar una solución negociada a la crisis.<<
[125] Loyola Guzmán, «secretaria nacional de finanzas» y miembro de la red urbana del Che en La Paz, ha dicho que Tania regresó la segunda vez por culpa del grupo, que decidió enviarla con los visitantes porque todos estaban demasiado ocupados.<<
[126] Fidel le había comunicado que intentaba ayudarlo por todos los medios. Se había reunido con el dirigente sindical Juan Lechín, quien prometió aportar fondos y hombres a la causa. Volvería clandestinamente a Bolivia en pocas semanas. Pero Lechín tenía problemas propios y, como tantos otros bolivianos que en algún momento prometieron ayudarlo, al final hizo poco o nada. Anteriormente Fidel le había comunicado que sus reuniones con los comunistas bolivianos Kolle Cueto y Simón Reyes habían dado buen resultado; eran «comprensivos» y prometían ayudarlo. Se suponía que Kolle visitaría al Che; desde luego que eso quedaba descartado. El ejército había invadido la zona y detenía a cualquier civil sospechoso de tener trato con los guerrilleros. Desde que Barrientos proscribió al partido, los dirigentes habían pasado a la clandestinidad.<<
[127] Al día siguiente, escucharon por la radio el ominoso anuncio de que «tres mercenarios extranjeros» habían «muerto en la batalla». El Che escribió en su diario que tomaría represalias si resultaba cierto que el ejército los había asesinado. Afortunadamente para los tres, el reportero de un diario local los había fotografiado cuando estaban con vida. Posiblemente la publicación de esa foto salvó sus vidas, porque a fin de mes se dijo que estaban en la cárcel de Camiri.<<
[128] Se informó de que Jorge Vázquez Viaña cayó herido y fue apresado. Luego el ejército dijo que se había «fugado». La verdad es que lo secuestraron del hospital, lo ejecutaron y arrojaron su cuerpo desde un helicóptero a las montañas cubiertas de bosques cerca de Lagunillas.<<
[129] A fines de junio, el general Ovando Candia confirmó públicamente la presencia del Che en Bolivia. Éste escribió en su diario el 30 de junio: «Lo más importante es la declaración oficial de Ovando de que yo estoy aquí… Se basa en las declaraciones de Debray que, parece, habló más de lo necesario, aunque no podemos saber qué implicaciones tiene esto, ni cuáles fueron las circunstancias en que dijo lo que haya dicho».<<
[130] El enigmático Arguedas no sólo trabajaba para la CIA sino que era un excomunista y amigo de Mario Monje. Durante los años siguientes operó como triple agente para la CIA, el Partido Comunista Boliviano y también para los cubanos. Treinta años después, ninguno de sus antiguos colegas en los diversos servicios puede decir con certeza a quién le era leal en un momento dado. (Véanse más detalles en el epílogo y el apéndice.)<<
[131] Según Piñeiro, era importante llevar a Renán de vuelta a Cuba para proveerlo de nuevos documentos e interrogarlo con el fin de descubrir si lo habían «detectado». Ariel dice que lo retiraron porque estaba muy enfermo de «parasitosis aguda». Fuera como fuese, Piñeiro no le permitió regresar a Bolivia porque temía por su seguridad. Hoy reconoce que la decisión no cayó bien: «Renán me echa la culpa por negarle la oportunidad de participar en una misión histórica».<<
[132] Eusebio y Chingolo, desertores de la columna de Joaquín, habían conducido allí al ejército el 8 de agosto.<<
[133] Vargas Salinas dice que accedió a la «ejecución» a petición de los soldados, que querían vengar la muerte de su camarada. Según él, Maymura se mostraba «desafiante», mientras que Paco estaba aterrado. Mientras lo meditaba, notaba que Paco, sentado junto a él, trataba de meter las piernas debajo de las suyas para protegerse. En ese momento, dice Vargas Salinas, señaló a Maymura con un gesto de la cabeza y sus hombres lo mataron al instante. Le perdonaron la vida a Paco.<<
[134] Una fiesta andina de despedida en la que se canta, se baila y se bebe. El teniente coronel Selich confiscó el poema y su viuda se lo enseñó al autor.<<
[*] Véanse más detalles en el apéndice.<<
[136] Después de guardar un silencio total durante veintinueve años, en 1996 Socorro Selich permitió al autor estudiar y copiar los documentos de su difunto esposo. Entre ellos hay fotografías, telegramas, memorándums internos del ejército, el diario militar de Selich de 1967, las notas fragmentarias de sus conversaciones con el Che Guevara y un informe secreto al general La Fuente sobre la forma y las circunstancias de la ejecución del Che Guevara. Véanse más detalles en el apéndice.<<
[137] Según el informe de Selich, ninguno de los oficiales de La Higuera —incluidos Félix Rodríguez y él mismo— estaba de acuerdo con la decisión de ejecutar a Guevara. «Pensábamos que era mejor conservar al señor Guevara con vida porque a nuestro juicio hubiera sido más ventajoso presentarlo ante la opinión mundial derrotado, herido y enfermo, y obtener una compensación [de Cuba] por los gastos incurridos en el combate contra los guerrilleros y para compensar a las familias de los soldados asesinados por la Banda Guerrillera».<<
[138] El relato de Rodríguez se contradice en algunos aspectos con los de los oficiales bolivianos que estuvieron presentes en La Higuera, pero las discrepancias entre éstos son igualmente notables. Por ejemplo, según el exteniente coronel Miguel Ayoroa, encerraron a Willy y Juan Pablo Chang juntos en la otra aula de la escuela y los ejecutaron simultáneamente. Este testimonio coincide con la versión más ampliamente aceptada de los acontecimientos, según la cual la versión fotográfica del Che con Rodríguez tuvo lugar antes de la ejecución de Willy, y, después, el Che, Willy y Juan Pablo Chang fueron ejecutados prácticamente al mismo tiempo por «voluntarios» del ejército boliviano.<<
[139] La versión de la maestra, Julia Cortez, entonces una joven mujer de veintidós años, ha sido impugnada por los militares que estuvieron presentes, pero ella asegura que le permitieron ver al Che esa mañana a petición de él. Estaba nerviosa, y cuando entró el Che clavó en ella una mirada que no pudo sostener. Señaló el pizarrón, indicó un error gramatical en lo que ella había escrito y a continuación dijo que la suciedad de la escuela era vergonzosa, que en Cuba sería una prisión. Ella salió después de conversar brevemente. El Che volvió a llamarla poco antes de su ejecución, pero ella tuvo miedo de regresar.<<
[1] Socorro, la viuda de Selich, dijo al autor en 1996 que varios años después, su esposo —que nunca le había revelado los detalles de su papel en el entierro del Che— le mostró en un mapa las coordenadas de las tumbas secretas del Che y los demás guerrilleros. Esas coordenadas han desaparecido, pero según su esposo, el Che fue enterrado aparte de los demás. Vargas Salinas dice que todos ocupan una tumba colectiva. Es interesante observar que el cuaderno en el que Selich anotaba sus tareas está en blanco desde el 9 de octubre a las 15.45 hasta el 11 de octubre a las 09.00, no menciona al Che Guevara ni qué se hizo con sus restos.
Entretanto, para añadir más confusión al asunto, el exagente de la CIA Gustavo Villoldo dice haber presidido personalmente el entierro del Che con varios de los hombres de Selich, pero niega que Selich o Vargas Salinas estuvieran presentes.<<
[1] Moro o El Médico eran los nombres de guerra del médico cubano Octavio de la Concepción y de la Pedraja; los nombres verdaderos de los bolivianos Pablo y Chapaco eran Francisco Huanca y Jaime Arana, respectivamente. Lucio Edilberto Galván, llamado Eustaquio, era peruano.
En diciembre de 1995, tras las revelaciones del general Mario Vargas Salinas, aparecieron cuatro esqueletos de hombres, enterrados en una cañada en las afueras de Vallegrande. Después de su exhumación, fueron identificados como Moro, Pablo, Chapaco y Eustaquio. El cadáver de Tuma fue encontrado en otro sitio en junio de 1996.<<
[142] En el verano de 1967, cuando el Che y los hermanos Coco e Inti estaban vivos y combatiendo, Chato era estudiante en Moscú. Pidió a los soviéticos que lo entrenaran junto con otros estudiantes bolivianos para que pudieran volver a su país y unirse a la lucha. Le respondieron que esa petición debía ser presentada a través del Partido Comunista Boliviano y aprobada por éste.<<
[*] Para ampliar la lista de fuentes, véase la bibliografía.<<