PRIMERA PARTE: UNA JUVENTUD INQUIETA
Trabajo de campo y entrevistas
Para investigar la infancia y la historia familiar del Che, pasé tres meses en la Argentina en 1994, y durante buena parte de ese tiempo viajé con su amigo Alberto Granado. Roberto y Celia Guevara me ayudaron muchísimo con sus aclaraciones sobre la historia de la familia y sus reflexiones sobre su hermano el Che. Julia Constenla de Giussani, amiga de Celia Guevara de la Serna, me reveló la «verdadera» fecha de nacimiento. Ana María Erra, la segunda esposa de Ernesto Guevara Lynch, me ayudó con detalles sobre la historia de la familia Guevara.
Alberto Granado y yo viajamos juntos a Misiones y hallamos el lugar donde se encontraba el hogar de los Guevara en Puerto Caraguataí. Entrevistamos a varias personas que recordaban a los padres del Che, como Gertrudis Kraft y Johann Fahraven. Emiliano Rejala, el doctor Oscar Darú y Leonor y Epifanio Acosta me ayudaron a conocer la historia local.
Viajé con Alberto Granado y «Calica» Ferrer a Alta Gracia y Córdoba; Carlos Figueroa nos alojó en la vieja casa familiar de la calle Avellaneda, Alta Gracia, a pocas manzanas de las casas de los Guevara, Villa Chichita y Villa Nydia.
Escuché sus conversaciones que me transportaron al pasado; además me presentaron a otros amigos y conocidos de la infancia de Guevara: Rodolfo Ruarte, Sarah Muñoz, Enrique Martín, Paco Fernández, Carlos Barceló, Mario y Chicho Salduna, Blanca de Alboñoroz, Juan y Nelly Bustos, José Manuel Peña, Alberto Ferrer y Ofelia Moyano. Además conocí a Rosario González de López, la casera de los Guevara, y a Elba Rossi, la maestra de Ernesto en el tercer grado de la Escuela Liniers.
En Córdoba y Buenos Aires entrevisté a varios de sus condiscípulos en el Deán Funes, entre ellos Raúl Melivosky, Oscar Stemmelin, Roberto «Beto» Ahumada, Osvaldo Bidinosd, Carlos López Villagra, Jorge Iskaro y José María Roque. Entre sus amigos de la adolescencia, Miriam Urrutia, Nora Feigin, Betty Feigin (viuda de Gustavo Roca), Tatiana Quiroga de Roca, Jaime «Jimmy» Roca, Carlos Lino y «Chacho» Ferrer. En España entrevisté a Carmen González-Aguilar y su hermano Pepe. En Cuba, Fernando Barral me dio sus recuerdos.
En Rosario, Alberto Granado y yo recibimos ayuda del periodista de Página 12 Reynaldo Sietecase, un estudioso del Che, y juntos exploramos el lugar donde pasó su primer mes de vida. La prima de Granado, Naty López, recordó el día en que Alberto y el Che, entonces llamados «Mial» y «Fúser», atravesaron el pueblo en La Poderosa en su «fuga hacia el norte».
Con respecto a los años de Guevara en Buenos Aires y los de vagabundeo, hablé con Ricardo Rojo, Carlos Infante, el doctor Emilio Levine, Fernando Chávez, Adalberto Bengolea, Nelly Benbibre de Castro, Andro Herrero, Anita García, viuda de Gualo García, y Mario Saravia. Alberto Granado y Calica Ferrer me hablaron largamente de sus viajes con Ernesto.
Para el período guatemalteco y mexicano, tuve gran ayuda del periodista Phil Gunson, quien concertó todas las entrevistas; algunas las realizó él mismo. Entre los entrevistados estuvieron Ricardo Romero, Edelberto Torres hijo, Antonio del Conde («El Cuate»), Yuri Paporov, Alfonso Bauer Paiz, Fernando Gutiérrez Barrios, doctor David Mitrani, doctor José Montes Montes, doctor Baltasar Rodríguez y otros. Entrevisté a Nikolái Leonov en tres ocasiones en Moscú y a Myrna Torres en La Habana.
Fuentes principales
Sobre la infancia y juventud del Che consulté Mi hijo el Che, las memorias de su padre Ernesto Guevara Lynch. De ahí provienen los pasajes del primer viaje del Che por la Argentina, en 1951. El cuento «Angustia», que escribió en 1950 mientras navegaba, fue publicado en el suplemento «Primer plano» del diario argentino Página 12 en 1992. Sobre los viajes de 19511952 con Alberto Granado, consulté el libro de éste, En viaje con el Che por Sudamérica y las Notas de viaje del Che, publicadas en inglés bajo el título The Motorcycle Diaries. Utilicé largos pasajes de Ernestito, vivo y presente, el libro de testimonios orales sobre la vida del Che de 1928 a 1953, recopilado por los historiadores cubanos Froilán González y Adys Cupull. Su cronología de la vida del Che, Un hombre bravo, sirvió como referencia para este y otros períodos. Asimismo, El Che y los argentinos de Claudia Korol y Testimonios sobre el Che, compilado por Mirta Rodríguez. Las citas de Dolores Moyano están tomadas de un artículo que escribió para The New York Times en 1968.
La viuda del Che, Aleida March, me permitió leer la colección completa del «diccionario filosófico» del Che basado en sus lecturas de filosofía, religión, mitología y psicología entre los diecisiete y veintiocho años y su «índice literario» de la misma época.
El relato de la vida del Che desde su partida de la Argentina a mediados de 1953 hasta el encuentro con Fidel Castro en México se basa en buena medida en su diario inédito Otra vez, que pude leer gracias a Aleida March. Asimismo, en Aquí va un soldado de las Américas, las cartas a su familia recopiladas por su padre. Fernando Barral me dio a leer un original del mismo libro con cartas excluidas de la versión publicada.
Calica Ferrer me dio copias de las cartas a su familia escritas mientras viajaba con el Che en 1953. Anita de García me dio a leer las cartas de su difunto esposo Gualo y Andro Herrero me permitió leer pasajes de su diario íntimo, además de las cartas que recibió de Ernesto Guevara, Gualo García, Oscar Valdovinos y Ricardo Rojo cuando lo dejaron en Guayaquil y partieron hacia Guatemala.
Pude leer materiales originales de la vida del Che desde su infancia hasta su estancia en Ciudad de México —incluso cartas familiares inéditas y escritos de juventud— en los Archivos Históricos del Consejo de Estado cubano con permiso de su director, Pedro Álvarez Tabío. Heberto Norman Acosta, especialista en la historia del Movimiento 26 de Julio en el «exilio» antes del Granma, me permitió leer una versión censurada del interrogatorio del Che por la policía mexicana y otros materiales. Lionel Martin me prestó el ejemplar del difunto Harold White de la antología marxista que el joven Ernesto Guevara le ayudó a traducir en Guatemala.
Recurrí al libro de Hilda Gadea, Ernesto: A Memoir of Che Guevara, para su versión de la relación entre ambos; esta obra contiene breves testimonios de Myrna Torres, Harold White, Lucila Velázquez, Juan Juarbe y Juarbe y Laura Meneses de Albizu Campos, entre otras personas.
Los Recuerdos de la guerra revolucionaria cubana del Che relatan también la época en México y Guatemala. El 17 de octubre de 1967, el diario del Partido Comunista cubano, Granma, dedicó una edición especial al Che después de su muerte; de aquí tomé varias citas, incluidos los recuerdos de Mario Dalmau y otras personas. La institución cultural cubana Casa de las Américas dedicó varias ediciones especiales al Che; las citas de Alfonso Bauer Paiz sobre el período de Guatemala y México están tomadas de ahí. Phil Gunson encontró artículos sobre los revolucionarios cubanos en los archivos de prensa mexicanos de 1956-1957.
La biografía de Tad Szulc, Fidel: A Critical Portrait y Cuba: The Pursuit of Freedom de Hugh Thomas son fuentes valiosas de consulta sobre ese período. Lionel Martin me proporcionó un verdadero tesoro de fichas de su archivo personal que incluyen citas de una serie de entrevistas realizadas en la década de 1960, cuando pensaba escribir una biografía del Che Guevara.