XIII

El día 22 de octubre, al mediodía, Pierre subía una fangosa y resbaladiza cuesta, con la atención puesta en sus pies y en las desigualdades del terreno. De cuando en cuando volvía la vista hacia la gente que lo rodeaba y que ya le era familiar; después, miraba de nuevo sus pies. Lo uno y lo otro le era igualmente familiar y conocido. La patizamba y lilácea Sieri corría gozosamente a un lado del camino y, como para demostrar su propia habilidad y lo contenta que estaba, levantaba a veces una de las patas traseras y corría con las otras tres, después con las cuatro atacaba, sin dejar de ladrar, a los cuervos posados sobre la carroña. Sieri parecía más limpia y alegre que en Moscú. Por todas partes se veía carne: restos de animales y hasta de cadáveres humanos en diversos grados de descomposición; el ir y venir de la gente mantenía alejados a los lobos, así que Sieri podía comer cuanto le viniera en gana.

Llovía desde por la mañana y cuando parecía que la lluvia estaba a punto de cesar y despejaría, al cabo de una breve interrupción arreciaba el aguacero. La tierra, completamente empapada, no podía absorber más agua y las rodadas del camino se convirtieron en torrentes.

Pierre caminaba mirando hacia los lados; contaba sus pasos de tres en tres doblando los dedos. Dirigiéndose a la lluvia, decía para sí: “¡Arrecia más, mucho más!”.

Le parecía no pensar en nada, pero allá en el fondo de su espíritu estaba ocurriendo algo muy importante y consolador. Era la deducción profunda y espiritual de su conversación de la víspera con Karatáiev.

Durante el descanso de la noche anterior, tiritando junto a la hoguera apagada, Pierre se levantó para acercarse a la más próxima, bien encendida. Allí estaba sentado Platón, con la cabeza envuelta en un capote como si fuera una casulla; contaba con su voz apacible y grata, aunque débil a causa de su enfermedad, una historia ya conocida por Pierre. Había pasado de la medianoche, era el momento cuando Karatáiev acostumbraba a salir de su crisis febril y estaba más animado. Al acercarse a la hoguera Pierre oyó la voz enfermiza de Platón, contempló su rostro macilento, iluminado por el fuego, y sintió una desagradable punzada en el corazón. Se asustó de su propia piedad hacia aquel hombre y habría querido irse, pero no había otras hogueras y Pierre, tratando de no mirarlo, acabó por sentarse.

—¿Cómo va esa salud?— preguntó.

—¿Qué salud?— dijo el enfermo. —Si lloramos la enfermedad, Dios no nos enviará la muerte— y prosiguió el relato interrumpido. —…Y así ocurrió, hermano— continuó Platón con una sonrisa en su rostro flaco y pálido y un brillo especial y alegre en los ojos.

Pierre conocía la historia. Karatáiev se la había contado seis veces a él solo y siempre con un particular sentimiento de alegría. Sin embargo, la oyó aquella noche como si fuera nueva. Se sintió contagiado por el plácido entusiasmo que, al parecer, experimentaba Karatáiev contándola. La historia trataba de un viejo mercader que vivía con su familia en el santo temor de Dios y que cierto día salió con un compañero suyo, muy rico, en peregrinación a la tumba de San Macario.

Ambos mercaderes se detuvieron en una posada para pasar la noche, pero al otro día el mercader rico apareció degollado: le habían robado todo y el cuchillo ensangrentado se encontró bajo la almohada de su compañero. Juzgaron al mercader piadoso, lo azotaron, mutilaron sus fosas nasales —según manda la ley, contaba Karatáiev— y lo enviaron a presidio.

—Y he aquí, hermano mío— Pierre había llegado en aquel momento, —que pasaron diez años o más. El viejo seguía en presidio, tranquilo, sin hacer nada malo y no pidiendo a Dios más que la muerte. Pues bien: una noche los condenados se reunieron, como nosotros ahora; el viejo estaba con ellos. Entonces cada uno de ellos habló de por qué sufría condena y de qué era culpable ante Dios. Y cada uno se puso a contar: éste ha matado a un hombre; el otro, a dos; el de más allá provocó un incendio; el cuarto es un siervo que huyó de su amo, y así todos. Por fin preguntaron al viejito: “Y tú, abuelito, ¿por qué estás condenado?”. “Yo, queridos hermanos míos, sufro por mis pecados y por los pecados de los demás. No he matado a nadie, no he robado nunca, favorecí a los necesitados. Yo, queridos hermanos míos, era mercader y poseía grandes riquezas”… Y contó todo tal como había sucedido. “No sufro por mí —dijo—, Dios lo ha querido. Sólo me da pena mi vieja mujer y mis hijos.” Y el viejito rompió a llorar. Y sucedió que entre ellos estaba el que mató al mercader. “¿Dónde ocurrió eso? ¿Cuándo? ¿En qué mes?”, preguntó el verdadero culpable; y quiso enterarse de todos los detalles. Su corazón se angustió. Por último se acercó al anciano y cayó de rodillas ante él. “¡Sufres por mi culpa, viejito! —dijo—. Os juro que este hombre es inocente. Yo maté a su compañero mientras dormía y yo puse el cuchillo bajo su almohada cuando estaba dormido. Abuelo, perdóname en nombre de Cristo.”

Karatáiev guardó silencio; miró al fuego con una sonrisa feliz y atizó la leña. Después prosiguió su historia:

—El viejito le dijo: “Es Dios quien te perdonará. Nosotros somos todos pecadores ante Él. Yo sufro por mis pecados”. Y volvió a llorar amargamente. ¿Y qué pensáis que ocurrió entonces?— siguió Karatáiev, con el rostro cada vez más iluminado por una sonrisa exaltada, como si faltara por contar lo más interesante y todo el sentido de su historia. —El asesino se presentó a las autoridades y dijo: “He matado a seis personas (era un gran malhechor), pero de nadie tengo tanta lástima como de ese viejito; no quiero que sufra por mí”. Lo explicó todo, lo escribieron y enviaron los papeles adonde correspondía; el sitio estaba lejano, y mientras los papeles iban y venían y escribían todo lo que había que escribir, pasó el tiempo. El asunto llegó hasta el Zar, quien ordenó poner en libertad al mercader y darle la buena recompensa que se acordó. Cuando se recibió el papel hicieron llamar al viejo. “¿Dónde está el anciano que sufre condena aunque es inocente? Ha llegado una orden del Zar.” Lo buscaron por todas partes— la mandíbula de Karatáiev tembló. —Pero Dios lo había perdonado ya, el viejito había muerto. Y eso es todo, queridos— concluyó Karatáiev.

Y durante mucho tiempo permaneció silencioso sin dejar de sonreír mirando hacia delante.

No era la historia en sí lo que llenaba el alma de Pierre de un sentimiento confuso y feliz, sino el sentido misterioso de aquella entusiasta alegría que brillaba en el rostro de Karatáiev, el sentido oculto de esa alegría.

Guerra y paz
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
Nota_editores.xhtml
parte001.xhtml
parte002.xhtml
parte003.xhtml
parte004.xhtml
parte005.xhtml
parte006.xhtml
parte007.xhtml
parte008.xhtml
parte009.xhtml
parte010.xhtml
parte011.xhtml
parte012.xhtml
parte013.xhtml
parte014.xhtml
parte015.xhtml
parte016.xhtml
parte017.xhtml
parte018.xhtml
parte019.xhtml
parte020.xhtml
parte021.xhtml
parte022.xhtml
parte023.xhtml
parte024.xhtml
parte025.xhtml
parte026.xhtml
parte027.xhtml
parte028.xhtml
parte029.xhtml
parte030.xhtml
parte031.xhtml
parte032.xhtml
parte033.xhtml
parte034.xhtml
parte035.xhtml
parte036.xhtml
parte037.xhtml
parte038.xhtml
parte039.xhtml
parte040.xhtml
parte041.xhtml
parte042.xhtml
parte043.xhtml
parte044.xhtml
parte045.xhtml
parte046.xhtml
parte047.xhtml
parte048.xhtml
parte049.xhtml
parte050.xhtml
parte051.xhtml
parte052.xhtml
parte053.xhtml
parte054.xhtml
parte055.xhtml
parte056.xhtml
parte057.xhtml
parte058.xhtml
parte059.xhtml
parte060.xhtml
parte061.xhtml
parte062.xhtml
parte063.xhtml
parte064.xhtml
parte065.xhtml
parte066.xhtml
parte067.xhtml
parte068.xhtml
parte069.xhtml
parte070.xhtml
parte071.xhtml
parte072.xhtml
parte073.xhtml
parte074.xhtml
parte075.xhtml
parte076.xhtml
parte077.xhtml
parte078.xhtml
parte079.xhtml
parte080.xhtml
parte081.xhtml
parte082.xhtml
parte083.xhtml
parte084.xhtml
parte085.xhtml
parte086.xhtml
parte087.xhtml
parte088.xhtml
parte089.xhtml
parte090.xhtml
parte091.xhtml
parte092.xhtml
parte093.xhtml
parte094.xhtml
parte095.xhtml
parte096.xhtml
parte097.xhtml
parte098.xhtml
parte099.xhtml
parte100.xhtml
parte101.xhtml
parte102.xhtml
parte103.xhtml
parte104.xhtml
parte105.xhtml
parte106.xhtml
parte107.xhtml
parte108.xhtml
parte109.xhtml
parte110.xhtml
parte111.xhtml
parte112.xhtml
parte113.xhtml
parte114.xhtml
parte115.xhtml
parte116.xhtml
parte117.xhtml
parte118.xhtml
parte119.xhtml
parte120.xhtml
parte121.xhtml
parte122.xhtml
parte123.xhtml
parte124.xhtml
parte125.xhtml
parte126.xhtml
parte127.xhtml
parte128.xhtml
parte129.xhtml
parte130.xhtml
parte131.xhtml
parte132.xhtml
parte133.xhtml
parte134.xhtml
parte135.xhtml
parte136.xhtml
parte137.xhtml
parte138.xhtml
parte139.xhtml
parte140.xhtml
parte141.xhtml
parte142.xhtml
parte143.xhtml
parte144.xhtml
parte145.xhtml
parte146.xhtml
parte147.xhtml
parte148.xhtml
parte149.xhtml
parte150.xhtml
parte151.xhtml
parte152.xhtml
parte153.xhtml
parte154.xhtml
parte155.xhtml
parte156.xhtml
parte157.xhtml
parte158.xhtml
parte159.xhtml
parte160.xhtml
parte161.xhtml
parte162.xhtml
parte163.xhtml
parte164.xhtml
parte165.xhtml
parte166.xhtml
parte167.xhtml
parte168.xhtml
parte169.xhtml
parte170.xhtml
parte171.xhtml
parte172.xhtml
parte173.xhtml
parte174.xhtml
parte175.xhtml
parte176.xhtml
parte177.xhtml
parte178.xhtml
parte179.xhtml
parte180.xhtml
parte181.xhtml
parte182.xhtml
parte183.xhtml
parte184.xhtml
parte185.xhtml
parte186.xhtml
parte187.xhtml
parte188.xhtml
parte189.xhtml
parte190.xhtml
parte191.xhtml
parte192.xhtml
parte193.xhtml
parte194.xhtml
parte195.xhtml
parte196.xhtml
parte197.xhtml
parte198.xhtml
parte199.xhtml
parte200.xhtml
parte201.xhtml
parte202.xhtml
parte203.xhtml
parte204.xhtml
parte205.xhtml
parte206.xhtml
parte207.xhtml
parte208.xhtml
parte209.xhtml
parte210.xhtml
parte211.xhtml
parte212.xhtml
parte213.xhtml
parte214.xhtml
parte215.xhtml
parte216.xhtml
parte217.xhtml
parte218.xhtml
parte219.xhtml
parte220.xhtml
parte221.xhtml
parte222.xhtml
parte223.xhtml
parte224.xhtml
parte225.xhtml
parte226.xhtml
parte227.xhtml
parte228.xhtml
parte229.xhtml
parte230.xhtml
parte231.xhtml
parte232.xhtml
parte233.xhtml
parte234.xhtml
parte235.xhtml
parte236.xhtml
parte237.xhtml
parte238.xhtml
parte239.xhtml
parte240.xhtml
parte241.xhtml
parte242.xhtml
parte243.xhtml
parte244.xhtml
parte245.xhtml
parte246.xhtml
parte247.xhtml
parte248.xhtml
parte249.xhtml
parte250.xhtml
parte251.xhtml
parte252.xhtml
parte253.xhtml
parte254.xhtml
parte255.xhtml
parte256.xhtml
parte257.xhtml
parte258.xhtml
parte259.xhtml
parte260.xhtml
parte261.xhtml
parte262.xhtml
parte263.xhtml
parte264.xhtml
parte265.xhtml
parte266.xhtml
parte267.xhtml
parte268.xhtml
parte269.xhtml
parte270.xhtml
parte271.xhtml
parte272.xhtml
parte273.xhtml
parte274.xhtml
parte275.xhtml
parte276.xhtml
parte277.xhtml
parte278.xhtml
parte279.xhtml
parte280.xhtml
parte281.xhtml
parte282.xhtml
parte283.xhtml
parte284.xhtml
parte285.xhtml
parte286.xhtml
parte287.xhtml
parte288.xhtml
parte289.xhtml
parte290.xhtml
parte291.xhtml
parte292.xhtml
parte293.xhtml
parte294.xhtml
parte295.xhtml
parte296.xhtml
parte297.xhtml
parte298.xhtml
parte299.xhtml
parte300.xhtml
parte301.xhtml
parte302.xhtml
parte303.xhtml
parte304.xhtml
parte305.xhtml
parte306.xhtml
parte307.xhtml
parte308.xhtml
parte309.xhtml
parte310.xhtml
parte311.xhtml
parte312.xhtml
parte313.xhtml
parte314.xhtml
parte315.xhtml
parte316.xhtml
parte317.xhtml
parte318.xhtml
parte319.xhtml
parte320.xhtml
parte321.xhtml
parte322.xhtml
parte323.xhtml
parte324.xhtml
parte325.xhtml
parte326.xhtml
parte327.xhtml
parte328.xhtml
parte329.xhtml
parte330.xhtml
parte331.xhtml
parte332.xhtml
parte333.xhtml
parte334.xhtml
parte335.xhtml
parte336.xhtml
parte337.xhtml
parte338.xhtml
parte339.xhtml
parte340.xhtml
parte341.xhtml
parte342.xhtml
parte343.xhtml
parte344.xhtml
parte345.xhtml
parte346.xhtml
parte347.xhtml
parte348.xhtml
parte349.xhtml
parte350.xhtml
parte351.xhtml
parte352.xhtml
parte353.xhtml
parte354.xhtml
parte355.xhtml
parte356.xhtml
parte357.xhtml
parte358.xhtml
parte359.xhtml
parte360.xhtml
parte361.xhtml
parte362.xhtml
parte363.xhtml
parte364.xhtml
parte365.xhtml
parte366.xhtml
parte367.xhtml
parte368.xhtml
parte369.xhtml
parte370.xhtml
parte371.xhtml
parte372.xhtml
parte373.xhtml
parte374.xhtml
parte375.xhtml
parte376.xhtml
parte377.xhtml
parte378.xhtml
parte379.xhtml
parte380.xhtml
parte381.xhtml
parte382.xhtml
parte383.xhtml
parte384.xhtml
parte385.xhtml
parte386.xhtml
parte387.xhtml
parte388.xhtml
parte392.xhtml
Mapas.xhtml
autor.xhtml
notas.xhtml