Tus aliados en la decoración
Para que la presentación de tus postres sea realmente profesional, tienes que hacerte amigo o amiga de unos cuantos utensilios que te ayudarán a lograr tu objetivo. Ahora mismo te los presento:
Flanera. Es preferible que sea de metal y con un cierto grosor. Conviene tener una grande para hacer flanes tamaño familiar y varias pequeñas para las porciones individuales. Las flaneras pequeñas pueden servirte también como molde para mousses; no escatimes en número.
Puedes decantarte por una flanera flexible para realizar los flanes grandes y adquirir flaneras de metal para los pequeños. Te será más sencillo de desmoldar, ya que los preparados de ese tamaño en flaneras rígidas corren el riesgo de romperse en las esquinas y echar por tierra la presentación.
Manga pastelera. La manga pastelera te será muy útil si vas a utilizar alguna de las cremas que has preparado como cobertura de algún tipo de tarta o pastel (si quieres recordar más cosas sobre ella y su uso, ve al capítulo 8). Provéete de una buena cantidad de boquillas de varios tipos según formas y tamaños.
Espátula o lenguas de gato. Estos utensilios son muy prácticos a la hora de manipular las cremas, tanto para el relleno como para su cobertura. Sobre su uso, puedes consultar el capítulo 8.
Termómetro. Bien, la verdad es que este artilugio en la decoración no es que sea demasiado práctico, pero sus servicios son prácticamente insustituibles. Ya has podido comprobar lo importante que es la temperatura en este tipo de preparados, ya que sus fórmulas son muy exactas y unos minutos más o una temperatura muy elevada puede hacer que la mezcla se espese o se cuaje demasiado. Por esta razón, sobre todo si se cuece al baño María, es bueno tener un termómetro a mano para comprobar la temperatura y ajustarla a la indicación de cada receta. El éxito del resultado final te va en ello. Para saber más cosas sobre el termómetro, repasa el capítulo 14.
Coberturas y rellenos
Tanto las cremas como las mousses y los flanes están buenísimos por sí mismos. No necesitan nada más. Pero eso no impide que pueda añadírseles cosas, o que ellos mismos se conviertan en complementos, coberturas o rellenos de algún otro postre no menos rico.
Por ejemplo, cualquiera de las cremas de repostería, igual que las confituras o mermeladas, son productos más que adecuados para rellenar una tarta o cubrir un pastel. Cuando sirven de relleno tan sólo has de prestar atención a que se extienda de forma unitaria y homogénea, con especial cuidado hacia los bordes, para que no rebase. En todo caso, si se te ha caído un poco de crema siempre puedes emplear la espátula para disimular posibles goteos.
En el caso de que vayas a utilizarlas como cobertura, tendrás que tener más cuidado y aprovechar otras técnicas que puedan ayudarte a embellecer el producto final. La espátula también puede ser una buena aliada en esto y lo mismo la manga pastelera, que puede dar un toque festivo al preparado. En el capítulo 8 ya te explicaba todas las posibilidades que ofrece este instrumento. Además, puedes combinar sus formas con frutas glaseadas o confitadas, o bien con pequeñas virutas de chocolate. ¡Las opciones son infinitas!