Introducción
Cada vez es más habitual que personas que no cocinan frecuentemente hagan sus primeros pinitos en la cocina. Quizá porque el ritmo de vida nos obliga, en muchas ocasiones, a comer fuera de casa o a improvisar nuestra comida con lo primero que encontremos en la nevera, cada vez se valora más un plato hecho en casa. Pero cuando se trata de un postre o de una receta de repostería, lo normal es que nos eche para atrás y decidamos adquirirlo en un comercio o una pastelería antes que arriesgarnos o enfrentarnos con una receta de un postre de los de toda la vida.
Si lo piensas bien, decides elaborar tus propios platos en casa para ahorrar dinero o comer más sano, pero no sucede lo mismo cuando te apetecen unas galletas o un helado, o cuando quieres sorprender a alguien el día de su cumpleaños con una tarta. Entonces solemos ir a una tienda. Rara vez nos preguntamos si nosotros mismos seremos capaces de elaborar este tipo de postres, pues existe la creencia de que uno sí puede llegar a realizar los sencillos platos caseros pero no elaborados productos de repostería. Pues voy a decírtelo sin esperar más: ¡tú eres capaz de prepararlos!
La repostería y otros tipos de postres se han ganado una fama que no es del todo bien merecida. Es cierto que se trata de recetas que exigen mucha precisión en las medidas y cuyos procesos de elaboración en la mayoría de los casos pueden ser laboriosos. Pero no te asustes, porque el lobo no es tan fiero como lo pintan. Detrás de muchas presentaciones que a simple vista parecen extremadamente difíciles, hay una serie de trucos y técnicas que tú también puedes dominar. Basta con que los aprendas y pongas en práctica. Piensa que muchos de nuestros postres preferidos tienen como base otros menos elaborados. Así que sólo tienes que dominar unas pocas recetas y, cuando te hayas hecho con ellas, ¡ya estás listo! Te será muy sencillo dar el paso para preparar otras más complejas.
Si quieres impresionar a tus invitados con una cena casera, la guinda del pastel, y nunca mejor dicho, puede ser un estupendo y vistoso postre hecho por ti mismo. De todos los platos que podamos llevar a la mesa, los más vistosos y coloridos siempre son los postres, así que pueden hacerte triunfar o, incluso, hacer que se olvide algún pequeño fallo del segundo plato. Sus ingredientes gustan a todo el mundo y sus presentaciones son una invitación a hincarles el diente. No sólo son divertidos y deliciosos, sino que constituyen un espectáculo para los sentidos que tú mismo puedes realizar en casa; así te ganarás fama de consumado cocinero; y no te creas que vas a tener que dedicar muchas horas en su preparación ni realizar un curso intensivo de cocina. ¡Son mucho más fáciles de lo que parecen!
Mi intención con este libro es que cambies de opinión y pierdas el miedo a ese tipo de recetas. No será necesario que domines todos sus apartados, pues he presentado los contenidos de forma que te sea sencillo seguir los pasos de una receta dejándote guiar en cada uno de ellos; llegarás a obtener unos resultados que incluso llegarán a sorprenderte a ti mismo. Deberás prestar atención a los utensilios necesarios para cada proceso y encontrarás recomendaciones y valoraciones a la hora de elegir entre unos y otros. También he puesto especial atención en la elección de los ingredientes para que sepas dónde y cómo comprarlos y la mejor manera de conservarlos. Además, como hay miles de recetas de postres, he seleccionado las más sencillas de mi repertorio. La intención es que cojas confianza y te sientas cómodo preparando postres. ¡Lo mejor de todo es que entre las más fáciles hay algunas de las más sabrosas! Con la selección que te presento en este libro, encontrarás recetas para cada ocasión, estación del año o momento del día. Y si quieres preparar algún postre que no está aquí, ya estarás entrenado y podrás buscar la receta y prepararla.
¿Estás preparado? ¡Pues vamos a meternos en harina!