Presentación perfecta y cobertura deliciosa
No hace falta que te recuerde la importancia que tiene una buena presentación (y si hace falta, siempre puedes volver atrás, al capítulo 8, en el que he tratado ese tema aplicado al mundo de las tartas y pasteles). Aunque pueda sonar exagerado, no lo es: la forma de servir un producto a nuestros invitados es el 50 % del éxito de una receta.
Las cremas heladas, los sorbetes y los batidos son productos que admiten muchas variantes en cuanto a su presentación, desde las más básicas a otras más barrocas y abigarradas. En este apartado voy a hablarte de algunos productos con que acompañar la presentación de tus heladas elaboraciones y las opciones que tienes a la hora de consumirlos.
Lo decorativo también se come
Los productos de heladería pueden ser decorados de múltiples formas y con diferentes elementos, muchos de los cuales son también comestibles, ya que los helados admiten estupendamente la combinación con otras creaciones de repostería. A continuación te presento algunos de ellos:
Cucuruchos dulces. Formados por una pasta de oblea (te hablo de este tipo de galleta en el capítulo 10), tiene la forma clásica del cucurucho con que tradicionalmente se han consumido las cremas de helado. Son ideales para consumir una buena bola de crema de helado, sobre la que podemos verter alguna cobertura o elementos decorativos.
Canastillas. Se componen también de pasta de oblea y su forma es de pequeña canasta. Son una alternativa a las copas de helado, con la diferencia de que, en este caso, el consumo debe ser más rápido, ya que a medida que la crema va aumentando de temperatura puede impregnar y deshacer la galleta.
Obleas o pastas para decoración. Suelen servirse como elemento decorativo de copas de helado. El sabor y textura de esta pasta combina a la perfección con las cremas de helado y son el acompañamiento perfecto para su consumo.
Frutas frescas, glaseadas o caramelizadas. Las frutas cortadas en pequeños pedazos y esparcidas por encima de una crema helada o un sorbete son un acompañamiento delicioso y nutritivo para un postre helado. Podemos jugar con los colores, texturas y sabores.
Coberturas de chocolate. Este producto combina también a la perfección con la gran mayoría de las cremas de helado. Prueba el contraste entre un helado bien frío con una cobertura caliente.
Bizcochos. La combinación de la textura esponjosa y ligera del bizcocho con la cremosidad de un helado puede llegar a ser toda una experiencia. (Para repasar todo lo que sabes sobre el bizcocho, vuelve al capítulo 11.)
Frutos secos picados. Su sabor hace de ellos un estupendo acompañante de una crema helada y su textura crujiente, en contraste con la cremosidad, los hace un elemento decorativo imprescindible.
¿No se te hace la boca agua? Pues tranquilo, un poco de calma, que todavía he de explicarte algunas cosas más antes de que pasemos, en el capítulo 15, al apartado de recetas.
Copa de helado con toque profesional
La presentación de helados en copa es toda una profesión y uno de los postres más espectaculares y sorprendentes que pueden llevarse a la mesa. Existen distintos diseños y modalidades de copas de helado, algunas más vistosas y llamativas, otras más sencillas. Dependiendo de la espectacularidad que pretendas darle a la presentación, podrás escoger entre unas y otras.
Eso sí, llámame aguafiestas si quieres, pero piensa que una copa de helado con varias bolas de crema, pastas, frutas, cobertura o jarabe supone una descomunal entrada de calorías. De modo que siempre que vayas a presentar a tus invitados un postre de estas características (o consumirlo tú) deberás reducir la cantidad de alimentos y grasas de los primeros y segundos platos de una comida.
A continuación voy a darte algunas ideas para que tú mismo puedas llevar a cabo diferentes presentaciones y dejes volar la imaginación cuando vayas a decorar tus elaboraciones caseras. Para comenzar, tienes dos opciones, dependiendo de las cuales escogerás una copa más o menos ancha:
Utilizar la fruta fresca como elemento decorativo. Si quieres que lo principal sea el helado, usa una copa menos espectacular y algo más liviana, menos ancha. En el fondo depositarás las bolas de crema de helado que hayas elegido y podrás rematarlas con pequeños pedazos de fruta fresca o confitada, jarabe, frutos rojos, una oblea para acompañar, o alguna otra cosa que se te ocurra.
Utilizar la fruta fresca como elemento principal. En este caso recurre a una copa o fuente ancha y coloca la fruta como lecho para el helado. Puedes utilizar plátanos, nunca excesivamente maduros, y sobre ellos poner la combinación y cantidad de bolas de crema de helado que prefieras. Para rematar, puedes verter finos hilos de cobertura de chocolate, sirope o jarabe, alguna fruta roja, como un par de grosellas y unas hojas de menta picada. El resultado será espectacular.
El tipo de fruta que elijas, así como su textura, determinará el resto de los ingredientes y sabores. El mejor modo de acertar es dejarse llevar por la intuición y tomar nota cada vez que realices este tipo de presentaciones. De esta forma, sabrás si la cantidad era excesiva o si la combinación de sabores era o no la adecuada.
Contraste frío-caliente, una sorpresa
El contraste entre el frío de un producto helado con una elaboración templada puede llegar a ser toda una experiencia gastronómica y una forma más que sorprendente y deliciosa de consumo y presentación de un helado. Te recomiendo algún tipo de bizcocho templado, con frutos secos, por ejemplo, o un budín. Sírvelo como base, en un cuenco o plato de postre, y coloca sobre él una o dos bolas de crema de helado. Para terminar, puedes dibujar unas líneas de cobertura de chocolate caliente sobre el conjunto y rematar con unos frutos secos picados por encima. El contraste de la masa caliente con la crema helada te resultará delicioso.
Si el bizcocho o budín no está recién hecho, puedes calentarlo unos segundos en el microondas para que tome una temperatura templada antes de colocar la crema helada sobre él.