Guía para no perderte lo mejor de cada época
A continuación, voy a proponerte un breve recorrido por cada estación del año y por los postres ligados a ella por alguno de los tres factores señalados al comienzo de este capítulo: la tradición, la temperatura y la temporada. Toma nota de ellos, pues te ayudarán a planificar tus compras y así te habituarás a consumir productos de temporada.
Más allá de la manta y el tazón de chocolate
Tanto la manta como el tazón de chocolate dan pistas de la época de la que estamos hablando: sí, es invierno y la lluvia o la nieve cae tras el cristal de la ventana de tu casa mientras te dispones a ir a la cocina a elaborar un delicioso postre.
Como te decía más arriba, las bajas temperaturas del invierno nos piden consumir más calorías para el frío externo poco adecuado para el funcionamiento del cuerpo.
Si te fijas en las recetas que tradicionalmente se consumen en Navidad, observarás que todas se componen de ingredientes altamente calóricos, muy grasos y con frutos secos. Muchos de ellos, además, se consumen calientes. He aquí una selección:
Pastel de
boniato.
Tronco de
Navidad.
Almendrados.
Mantecados.
Buñuelos.
Cordiales.
Turrón.
Leche
frita.
Bizcocho con
frutos secos.
Caña
rellena.
Mazapán.
Trufas de
chocolate.
Manzanas
asadas.
Nueces rellenas
y acarameladas.
Pastel de
cabello de ángel.
Tarta grasa con
frutos secos y frutas de invierno.
¿Y las recetas?, te preguntarás. Un poco de paciencia, ya irán llegando en los capítulos correspondientes. Aquí de lo que se trata es de situar cada cosa en su mejor momento. Si luego quieres comerte unas manzanas asadas en verano, eso ya es cosa tuya.
Las flores florecen...
Con la llegada de la primavera, el clima se atempera y nuestros cuerpos piden comidas con menor contenido calórico. Además, los productos de temporada varían. La primavera es, como el otoño, una estación de paso, intermedia, de ahí que en los lugares más meridionales del planeta prácticamente ni existan.
¿Cómo se traduce ese carácter de transición en la gastronomía y en particular en la repostería? Pues en unas recetas que pueden verse como una síntesis de elaboraciones propias del invierno realizadas con ingredientes más bien ligados al verano, como pueden ser las frutas. He aquí algunas de ellas:
Torrijas.
Bizcocho
borracho con frutas de temporada y frutos secos.
Brazo de gitano
con nata y frutas.
Tarta de
requesón y arándanos.
Milhojas con
frutas.
Natillas.
Bizcocho ligero
o con frutas.
Pastel de crema
y frutos.
Macedonia de
frutas pasas.
Flan o
natillas.
Tarta de
limón.
Brownies.
Galletas o
cookies con bolitas de chocolate.
Bombones
rellenos o con frutas.
¡Menudas tentaciones para el paladar! Y tranquilo, que pronto aprenderás a hacerlas tú también en casa.
Cuando calienta el Sol
Con la llegada de las altas temperaturas, los postres cumplen una doble función: además de ser refrescantes, nos ayudan a hacer la digestión que, debido al calor, siempre es un tanto más pesada.
Los ingredientes estrella en las recetas de verano son sin duda las frutas de temporada y las frutas exóticas, y su elaboración abarca todas las modalidades que te puedas imaginar, desde tartas y pasteles fríos, hasta sorbetes, helados o cremas heladas. Echa un vistazo a la siguiente lista:
Pastel de
frutas de temporada.
Mousse
de frutas (cítricos o frutas
exóticas).
Batido de
fruta.
Helado con
frutos.
Helado de
yogur.
Tarta fresca o
helada (con cítricos, queso...).
Sándwich
de brownie y
helado.
Macedonia de
fruta (que puede ir acompañada de helado).
Sorbetes y
granizados.
Crema de
fruta.
¿Y sabes lo mejor de todo? La mayoría de estas recetas son facilísimas y la mar de rápidas; prepararlas no te quitará tiempo y ni siquiera tendrás que estar pegado a los fogones, lo que en verano siempre es un auténtico suplicio.
Las hojas caen
El tipo de elaboraciones ligadas a esta estación del año está más marcado por la temporada de los ingredientes que por el clima en sí. El otoño, al igual que la primavera, es una estación de paso en la que podemos disfrutar de temperaturas templadas, pero también muy variables.
Durante el verano muchos frutos maduran y alcanzan su punto óptimo precisamente durante el período otoñal, lo que da pie a preparar un sinfín de recetas a cuál más deliciosa. Los ingredientes que predominan son los frutos secos y algunas frutas de temporada en recetas que suelen presentarse y degustarse de forma templada. A ver a cuál de éstas le hincarías ya el diente:
Bizcocho de
chocolate y frutas de temporada.
Tarta de
manzana o de pera.
Pastel de
nueces o higos.
Hojaldre de
frutas combinadas con frutos secos (como castañas o
nueces).
Manzanas asadas
bañadas con cremas de frutos secos.
Arroz con
leche.
Bombones de
membrillo.
Tarta de queso
con crema de membrillo y nueces.
Como puedes ver, se trata de recetas más calóricas, pero ¡cualquiera se resiste a ellas!
La fruta también es de temporada
En la tabla 4-1 (en el capítulo 4, todo él dedicado al maravilloso mundo frutal) encontrarás toda la información que necesitas para saber cuándo debes comprar cada fruta. Échale un vistazo siempre que vayas a la frutería o que quieras preparar un postre frutero para una celebración. Así estarás cuidando tu bolsillo (la fruta de temporada siempre tiene un precio más económico) y además sabrás que estás adquiriendo productos frescos.
Otra ventaja de aprovechar la fruta de temporada es la posibilidad que ofrece de combinar sabores, texturas y temperaturas que se adapten a cada época del año. Se trata, pues, de preparar esas recetas de temporada que nos ha dejado la tradición, siempre perfectamente adaptadas al clima de la época del año en que sus ingredientes son recolectados. De este modo, la tradición demuestra que es sabia.
Pero las tradiciones están ahí para cambiarlas. Así que no tengas miedo a innovar e introducir nuevas variedades y técnicas de elaboración en esas recetas, a fin de dar un toque más actual y personal a tus postres. ¿Te atreves? Espero que cuando acabes de leer este libro y hayas hecho tus pinitos en repostería des el paso. Será la mejor prueba de lo bien que has aprovechado la lectura.