El secreto de un buen horneado
No hay escena más idílica en el mundo de la repostería que sacar unas galletas perfectamente horneadas que desprenden un exquisito aroma. ¿Quieres ser el protagonista de esta escena? Pues toma buena nota:
Hay que precalentar
debidamente el horno a la temperatura que indique la receta, al
menos 15 minutos antes (según el horno).
La bandeja debe
situarse en la zona central del horno y si es plana y de aluminio,
mejor que mejor.
Haz las
bandejas de una en una, aunque eso alargue el proceso. En el caso
que tengas que hacer dos bandejas al mismo tiempo, intercambia su
posición a mitad de cocción.
Una vez cocida
la primera tanda de galletas, si vas a utilizar la misma bandeja
para la segunda conviene dejarla enfriar antes de colocar las
siguientes piezas; de lo contrario los bordes de las galletas se
quemarán.
Coloca las
galletas en hilera separadas por la misma distancia para que su
cocción sea pareja. Si las distribuyes de cualquier manera dejando
espacios más grandes que otros, la cocción no será homogénea y
algunas se cocerán más que otras, e incluso llegarán a quemarse por
los bordes.
Nunca abras la puerta del horno a media cocción, salvo que
estés cocinando dos tandas a la vez y te veas obligado a
intercambiar las bandejas de lugar, puesto que bajarás la
temperatura del horno e interrumpirás el ciclo de
cocción.
Si
varías el tamaño de las galletas que indica la receta, lo más
probable es que el tiempo de cocción sea también diferente. Por
tanto, no te asustes si las has hecho grandes y tardan un poco más
en hacerse. ¡Que las ganas de probarlas no te hagan estropear la
cocción!