Equivocarse es humano
Nos ha pasado a todos, incluso a los que nos dedicamos a esto de la cocina profesionalmente. Muchas veces te pones con una receta y, pese a seguir todos sus pasos al pie de la letra, el resultado no es ni de lejos el esperado. Puede suceder que tu pastel o la base de una tarta haya quedado demasiado seca y sea difícil de digerir, o que la cocción no haya sido uniforme y su interior o la zona del centro no haya quedado lo suficientemente cocida.
¡Gajes del oficio! Y no son los únicos, como puedes ver en esta lista de los problemas más comunes que suelen darse en repostería:
Rotura de la masa de un pastel. Esto sucede cuando la temperatura del horno es mayor que la indicada en la receta, bien porque la hayas subido sin darte cuenta o porque el termostato te engañe. En este caso tendrás que llenarte de paciencia, vigilar y repetir la receta hasta que encuentres su punto de cocción idóneo en tu horno.
Otra causa puede ser haber usado demasiada harina o levadura. Para que no vuelva a ocurrir, la próxima vez tendrás que tener más cuidado con las medidas o reducirlas un poco hasta que el resultado final sea el esperado.
La textura de la masa es demasiado seca. Las causas pueden ser múltiples y, una vez más, tendrás que investigar un poco para que no vuelva a sucederte. Podría ser que la temperatura del horno durante la cocción haya bajado por abrir demasiadas veces la puerta o que no se haya alcanzado la temperatura deseada durante el precalentamiento; sin olvidar que una masa demasiado removida antes de su cocción puede quedar muy seca una vez cocida. Por otra parte, el exceso de harina o la escasez de levadura hace que la masa quede apelmazada.
La parte superior de la masa se hunde. Éste es un clásico en la repostería que puedes evitar tomando las debidas precauciones. Las razones también son variadas. Una de ellas es que la temperatura no ha sido lo suficientemente alta. ¿Has abierto continuamente la puerta? Los cambios de temperatura suelen estar detrás de este problema, aunque también debes pensar en los tiempos de cocción. Si extraes del horno la masa antes de tiempo, ésta se desinflará puesto que todavía no ha alcanzado su punto final. En el caso de que veas que la masa ha quedado bien hecha por fuera pero todavía queda tiempo de cocción, puedes cubrirla para que no se queme y siga cociendo por dentro. Otras causas en este caso pueden ser una medida insuficiente de harina, que le resta cuerpo a la masa, o un exceso de mantequilla o azúcar.
Por tanto, si te pasa algo de esto no te desanimes. Considéralo un paso más en el camino para convertirte en un gran repostero, una experiencia de la que extraer sabias lecciones para el futuro.