Vamos a decorar un poco
¿Qué sería de la crema catalana sin el azúcar quemado? ¿O una tarta sin nata o chocolate? Hay muchos productos que ponen el broche final a un postre. Aunque a veces más que broche son parte integrante de la propia masa. No obstante, los casos concretos ya lo iremos viendo cuando lleguemos a las recetas.
De momento, aquí te comento algunos truquillos para dar un toque perfecto a tu repostería.
Hacer caramelo
Es otra de las operaciones que se convertirán en una rutina en tu recién inaugurada vida de pastelero y que te irá de maravilla para recetas como la crema catalana o el flan (las encontrarás en el capítulo 16 y 17, respectivamente). Para ello debes disponer de:
3 cucharadas de azúcar.
1 cucharada de agua.
1/3 cucharada de zumo de limón.
Con sólo estos tres ingredientes puedes conseguir un delicioso caramelo. Éste es el proceso:
1. Pon a calentar el azúcar, el zumo de limón y el agua en una sartén o un cazo y mezcla un poco.
2. Cocina a fuego suave hasta que los ingredientes queden bien integrados.
3. Cuando empiece a tomar color, deja que se tueste un poco más, pero ten cuidado de no pasarte. En seguida se quema y amarga.
4. Retíralo del fuego, deja que se temple y cuando desaparezcan las burbujas repártelo en el molde o los moldes.
Para que no cristalice el caramelo, puedes echar un poco de vinagre o zumo de limón cuando se esté fundiendo el azúcar.
Fundir chocolate
Sin duda alguna, el chocolate puede enorgullecerse de ser el rey de los postres. Su versión fundida puede acompañar a casi cualquier creación repostera. Eso sí, apunta: podemos considerar cobertura aquel chocolate que contiene, como mínimo, el 31 % de manteca de cacao.
Para fundir el chocolate puedes utilizar dos métodos:
Baño María. El viejo método de María la Judía del que te hablaba anteriormente es muy útil para fundir chocolate. Para ello, trocea éste, colócalo en un recipiente al baño María y remueve hasta conseguir una pasta uniforme. Es importante que no le entre agua.
Microondas. Menos tradicional, pero los tiempos cambian y hay que estar abiertos a las novedades tecnológicas. En este caso, pon el chocolate en un recipiente, introdúcelo en el microondas y caliéntalo durante unos 30 segundos. Retíralo y remueve. Introduce nuevamente y caliéntalo durante 15 segundos más. Si fuera necesario, repite el proceso hasta que quede bien fundido. Es importante hacerlo poco a poco para que el chocolate no se queme.
Si quieres saber más cosas sobre el chocolate aplicado a la decoración de tartas y pasteles, puedes mirar el capítulo 8.
Espolvorear con azúcar glas, cacao o canela
Esta técnica no tiene misterio. Consiste en cubrir superficialmente un alimento, en nuestro caso un postre, con una fina capa de un género en polvo, que puede ser azúcar glas, cacao o canela. La mejor manera de hacerlo es colocando el polvo en un colador fino. Basta con dar pequeños toques para cubrir la superficie del postre. Si no quieres espolvorear todo el postre, puedes tapar algunas partes con un trozo de papel.
Si no tienes azúcar glas en casa, no te preocupes. Puedes prepararlo rápidamente. Sólo necesitas azúcar corriente, introducirlo en un molinillo y triturar.