En la transcripción de Caná. Caballo de Troya 9, quedé asombrado muchas veces.
Una de ellas tuvo lugar durante la secuencia de las «luces», en lo alto del Ravid (lugar del asentamiento de la «cuna»).
Al presentarse dichas «luces», «Santa Claus», el ordenador central, registró la caída de los sistemas de seguridad de la nave[157].
En un momento determinado, el mayor establece «contacto» con tres luces rojas (al parecer, luces de posición de un solo objeto). Esas luces formaban un triángulo.
Jasón utiliza un láser y la nave responde.
Así se registra el siguiente «diálogo» (vía morse):
Pregunté:
«¿Amigos?».
Esta vez tuve que sentarme.
Hubo respuesta, e inmediata. Tuve la sensación de que adivinaban el pensamiento antes de que este explorador emitiera las señales luminosas.
La respuesta fue asombrosa:
«Más que amigos».
Tragué saliva y pregunté de nuevo:
«¿Sabéis quiénes somos?».
Respuesta:
«Lo sabemos».
Pregunta:
«¿Sois ángeles?».
Respuesta del «triángulo»:
«Quizá».
Y me animé del todo:
«¿Qué tenéis que ver con Jesús de Nazaret?».
Silencio. No hubo destellos. No se produjo respuesta.
Insistí y repetí la pregunta, modificándola en parte:
«¿Sois su “gente”?».
Silencio. No hubo más destellos.
Y el «triángulo» se elevó en la oscuridad a una velocidad increíble, perdiéndose en el firmamento. El silencio quedó flotando en la noche y sobre mi desconcertado corazón.
Al final de la secuencia, el mayor escribe:
«Santa Claus» ofreció también una síntesis de lo sucedido desde que fui despertado (a raíz de la presencia de las «luces»):
«Alteración del cinturón gravitatorio a las 2 horas y 1 minuto. Duración de la anomalía: 21 segundos».
Luz violeta. Permanencia total: 9 minutos y 3 segundos.
La temperatura en la cumbre del Ravid descendió, bruscamente, en 2 grados Celsius. Al desaparecer la luz violeta todo volvió a la normalidad. La temperatura se elevó de nuevo a 18 grados Celsius.
Caída del suministro eléctrico en la «cuna». Se registró a las 2 horas y 10 minutos. Duración de la extraña «caída»: 39 segundos y 7 décimas.
Con el corte del suministro eléctrico se vinieron abajo todos los cinturones de seguridad.
No hubo razón para dicha «caída» en el suministro eléctrico.
Inexplicable.
Pues bien, la presencia de los números me alertó de nuevo.
No me equivoqué…
Según la Kábala, «21» (duración de la anomalía en el cinturón gravitatorio) equivale a «desgracia y calamidad» (!).
La presencia de la luz violeta, según Caballo 9, se prolongó durante 9 minutos y 3 segundos.
Asombroso: «93», en Kábala, tiene el mismo valor que «ángeles y violeta» (!).
La caída del suministro eléctrico tuvo una duración de 39 segundos y 7 décimas.
Pues bien, «39» = «silencio» y «7» = «trabajo invisible de Dios».
Insisto: ¿quién mueve los hilos en los Caballos de Troya?