Conocí a Monchi Rato en los años setenta.
Viajé con él a USA, Perú, México, Argentina, Japón, África e Indonesia, siempre cubriendo los viajes reales, periodísticamente hablando.
Fue periodista y empresario.
Fue discreto, observador y especialmente trabajador.
Me asombraba su forma de ayudar a la gente. Su mano derecha nunca supo lo que hacía la izquierda.
Me decía: «Que tu trabajo haga crecer a los demás».
Tenía por costumbre enviarle cada nuevo libro.
En enero de 2012, el Caballo de Troya 9 me fue devuelto.
Me extrañó.
Y tuve un presentimiento.
La dedicatoria del Caballo 9 decía: «Para Ichu y Monchi. Feliz 2012, lleno de sueños cumplidos. No importan el tiempo y la distancia. Os queremos. (Abrazos)²».
El 15 de enero (2012) recibí la noticia de su fallecimiento, en Madrid.
Ese mismo día me refugié en el cuaderno de pactos y señales y escribí: «Querido Monchi: si estás vivo, como creo, por favor, dame una señal».
Al principio lo dejé a su criterio, pero, al poco, rectifiqué.
El 19 de ese mes, jueves, yo tenía concertada una reunión con dos editoras de Planeta: Marcela Serras y Maria Guitart.
Y pensé: «Ese día recibiré una gran noticia. Esa será la señal de Monchi». Así lo escribí.

Monchi Rato entre J. J. Benítez y la que fue Reina de España, Doña Sofía, contemplando una piedra grabada de Ica (Perú), regalo de J. J. Benítez al Palacio de la Zarzuela. (Arrodillados, a la derecha, unos jovencísimos Iñaki Gabilondo y Ana Zunzarren). (Foto: Gianni Ferrari).
El 19, como estaba previsto, almorcé con las Vikingas, en Sevilla.
Marcela y Maria traían una excelente noticia.
Con motivo del treinta aniversario del Caballo de Troya (a celebrar en marzo de 2014), la editorial había programado un masivo lanzamiento del Caballo 1 en todo el mundo y a un precio muy asequible: 1,9 euros.
Era uno de mis sueños incumplidos: que los Caballos pudieran llegar al último rincón del planeta y casi regalados.
Me di por satisfecho.
Monchi Rato había cumplido.
En 2014, los Caballos superaron los siete millones de ejemplares vendidos. Eso representa un total, aproximado, de veintiocho millones de lectores.