Es otro personaje que me fascina…
¡Cómo disfruto con él!
Aparece, por primera vez, en Caballo de Troya 8.
Se trata del tipo de la sonrisa encantadora.
Los lectores preguntan: «¿Es un ángel?».
Y sonrío y guardo silencio…
El caso es que un día, releyendo el Caballo 9, volví a encontrarlo.
El mayor dice, textualmente:
Según contaron Perpetua y Zaku, esposas de Pedro y de Felipe, respectivamente, el lunes, 24, al día siguiente de iniciar la gira por el lago, cuando el Maestro y quien esto escribe nos hallábamos en Nazaret, alguien llamó a las puertas de las casas de Pedro y de Felipe. Primero a la de Perpetua. Era un personaje extraño, que causó una viva impresión a cuantos lo vieron. Era muy alto, con una vestimenta poco común, y una sonrisa encantadora.
Recuerdo que me atraganté con la leche caliente.
El Galileo me auxilió con unas amables palmaditas en la espalda. Lo vi sonreír, divertido.
En resumen, según Perpetua, aquel hombre les entregó una bolsa con una importante suma de dinero: 413 denarios de plata. Y al depositar la pequeña fortuna en las manos de la esposa de Pedro comentó: «De parte de Ab-bā…, y de su gente».
Después se alejó.
Eso sucedió hacia la sexta (mediodía).
Poco después, siendo la nona (tres de la tarde), la escena se repitió, pero a las puertas de la casa de Felipe, también en Saidan. La cantidad de monedas de plata fue la misma, y también el comentario del «mensajero».
Aquel dinero era suficiente para el sostenimiento de las familias durante un año, o más.
¿413 monedas? Mejor dicho, ¿826?
Busqué refugio en la Kábala, claro está.
Y surgieron nuevas sorpresas…
«413» equivale a «sonrisa».
No podía creerlo.
«4», además, es «Ab-bā» y «13» equivale a «regalo y amor».
Eso fue lo que hizo el tipo de la sonrisa encantadora: regalar amor («De parte de Ab-bā y de su gente»).
En cuanto al «826», he aquí lo que descubrí: «8» tiene el mismo valor numérico que «amor, sorprender y quedar estupefacto». El «26», por su parte, equivale a «tramar, valioso y Dios».
O lo que es lo mismo: «Amor de Dios» o «Urdido o tramado por Dios».
Por supuesto, todos «quedaron estupefactos».
Yo también…
Mágico es poco.