Al transcribir la información facilitada por el mayor norteamericano dudé.
En ella describía a Jesús de Nazaret como un Hombre alto (para la época)[146].
Afirmaba que el Maestro alcanzaba 1,81 metros de altura.
Hice comprobaciones y observé que algunos especialistas hablaban de 1,78 metros y también de 1,83.
¿Quién tenía razón? ¿Cuál era la verdadera estatura del Hombre-Dios?
Y decidí consultar al doctor Manuel Larrazabal, mi maestro de Kábala.
La respuesta fue rápida y nítida:
… Tú siempre has dicho —escribió Manu— que cuando estás seguro de algo pero no sabes cómo encontrarlo, has de pedir UNA SEÑAL. Yo estaba seguro de que la talla correcta era la primera que nos diste: la de 181 cm. Y la señal que vino fue: «¡Mira en el Diccionario Numérico Cabalístico, de Jaime Villarrubia!». Estaba seguro de que mirando las cifras entre 178 y 183 iba a encontrar algo especial.
Y, efectivamente, en la página 105, bajo la cifra 181, en negrita, aparece la palabra «Dios».
Se refiere a la expresión hebrea ELOQUIM, utilizada por los judíos ashkenazíes, habitantes u originarios de la Europa central y oriental. Su equivalente en el más conocido hebreo de los judíos sefardíes (judíos mediterráneos) es el archiconocido ELOHIM, el primer nombre de Dios que aparece al comienzo del Génesis, y es el nombre que más vinculo a la naturaleza divina de Jesús. Me acuerdo de que, alguna vez, te he referido extensamente la especulación cabalística que lleva a ello.
Así que, estate tranquilo, la talla del Maestro era 181 cm.
Verifiqué las palabras del doctor.
«181», en efecto, equivale a «Dios».
Los otros números —178 y 183— no me dijeron nada…
El mayor, por tanto, llevaba razón.
Magia. Pura magia…