41

 

 

 

 

Coryn ya no se permitía pensar cualquier cosa. Cerró la puerta blindada, dejó a Christa en el balancín del salón y, sin siquiera quitarse el abrigo, desgarró el sobre. Dentro había una hoja plegada en cuatro. Leyó, temblando, las escasas palabras escritas con letras alargadas de trazo grueso en el centro.

El mensaje que el conserje del hotel había enviado por correo una semana antes tenía la misma intensidad que cuando fue redactado. Coryn pronunció en voz alta «Zihuatanejo», y tuvo la sensación de que Mary estaba con ella en su salón blanco.

Era inútil escribir nada más. Cuando las palabras son superfluas, saben desaparecer. Se dijo que el tiempo y el espacio no eran dimensiones inmutables en el universo. Es más, ese día se asemejaba a un día de Navidad. Coryn había recibido los regalos con los que soñaba y que no osaba pedir. El artículo de Timmy y la carta de Mary. Dos regalos. «Bueno, tres, si cuento la sonrisa de la cartera», se dijo divertida antes de quedarse petrificada. Porque también había recibido una advertencia. Malcolm tenía miedo de su padre… El cual, y no podía venirle mejor, estaba de viaje. Casi un regalo complementario. «Solo que vuelve esta noche.»

La joven echó más leña al fuego de la chimenea, tapó a Christa con la manta y se sentó en el sofá. Los espárragos captaron su mirada. Estuvo en un tris de levantarse para meterlos en el frigorífico, pero no lo hizo. Abrió el periódico y leyó la entrevista de Timmy. Estaba bien hecha, era ocurrente e impactante. Las últimas líneas la conmovieron:

—«No voy a preguntarle cuáles son sus fuentes de inspiración, pero me gustaría saber a qué se aferra cuando, como todo el mundo, pasa un mal trance en su vida».

Kyle había respondido:

—«A las ramas de los árboles. En particular, de un abedul».

Eran las últimas palabras de la entrevista. «En particular, de un abedul.» Palabras escogidas para hacer diana. «Dios mío», se dijo Coryn. Miró las dos fotos. En la más grande salían los tres chicos sosteniendo en los brazos a Patsi, tumbada a lo largo. Era sencillamente magnífica. Y la segunda… la segunda era una fotografía de Kyle sentado en un sofá. Solo. Se había apartado el mechón y miraba al objetivo. A Coryn le pareció que tenía la misma expresión que cuando le había preguntado si quería almorzar con él. ¡Oh! Le habría gustado tanto… Le habría gustado tanto oír de nuevo su voz. ¿Le habría dicho Timmy que era su hermano?

Sí, ese artículo, su contenido, era un regalo suplementario. Lo que sumaba un total de… Coryn cerró los ojos. Quizá se quedó dormida. Pero estuvo soñando, eso seguro, hasta que Christa despertó.

El instante preciso en que los destinos se cruzan
titlepage.xhtml
index_split_000.html
index_split_001.html
index_split_002.html
index_split_003.html
index_split_004.html
index_split_005.html
index_split_006.html
index_split_007.html
index_split_008.html
index_split_009.html
index_split_010.html
index_split_011.html
index_split_012.html
index_split_013.html
index_split_014.html
index_split_015.html
index_split_016.html
index_split_017.html
index_split_018.html
index_split_019.html
index_split_020.html
index_split_021.html
index_split_022.html
index_split_023.html
index_split_024.html
index_split_025.html
index_split_026.html
index_split_027.html
index_split_028.html
index_split_029.html
index_split_030.html
index_split_031.html
index_split_032.html
index_split_033.html
index_split_034.html
index_split_035.html
index_split_036.html
index_split_037.html
index_split_038.html
index_split_039.html
index_split_040.html
index_split_041.html
index_split_042.html
index_split_043.html
index_split_044.html
index_split_045.html
index_split_046.html
index_split_047.html
index_split_048.html
index_split_049.html
index_split_050.html
index_split_051.html
index_split_052.html
index_split_053.html
index_split_054.html
index_split_055.html
index_split_056.html
index_split_057.html
index_split_058.html
index_split_059.html
index_split_060.html
index_split_061.html
index_split_062.html
index_split_063.html
index_split_064.html
index_split_065.html
index_split_066.html
index_split_067.html
index_split_068.html
index_split_069.html
index_split_070.html
index_split_071.html
index_split_072.html
index_split_073.html
index_split_074.html
index_split_075.html
index_split_076.html
index_split_077.html
index_split_078.html
index_split_079.html
index_split_080.html
index_split_081.html
index_split_082.html
index_split_083.html
index_split_084.html
index_split_085.html
index_split_086.html
index_split_087.html
index_split_088.html
index_split_089.html
index_split_090.html
index_split_091.html
index_split_092.html
index_split_093.html
index_split_094.html
index_split_095.html
index_split_096.html
index_split_097.html
index_split_098.html
index_split_099.html
index_split_100.html
index_split_101.html
index_split_102.html
index_split_103.html
index_split_104.html
index_split_105.html
index_split_106.html
index_split_107.html
index_split_108.html
index_split_109.html
index_split_110.html
index_split_111.html
index_split_112.html
index_split_113.html
index_split_114.html
index_split_115.html
index_split_116.html
index_split_117.html
index_split_118.html
index_split_119.html
index_split_120.html
index_split_121.html
index_split_122.html
index_split_123.html
index_split_124.html
index_split_125.html
index_split_126.html
index_split_127.html
index_split_128.html
index_split_129.html
index_split_130.html
index_split_131.html
index_split_132.html
index_split_133.html
index_split_134.html
index_split_135.html
index_split_136.html
index_split_137.html
index_split_138.html
index_split_139.html
index_split_140.html
index_split_141.html
index_split_142.html
index_split_143.html
index_split_144.html
index_split_145.html
index_split_146.html
index_split_147.html