Más sobre los sospechosos
• Pedro, el novio formal de la víctima, aceptó con paciencia la escapada sentimental de María. Pensaba que su noviazgo sería lo suficientemente sólido para que ella quisiera volver después del deslumbramiento pasajero que había sufrido con otro hombre.
• Honorio, el amante inesperado, lo había pasado muy mal cuando su legítima esposa le había dejado por otro. Se había propuesto desde entonces que si se volvía a enamorar, no permitiría que le volvieran a dejar plantado.