Asesinato en la escalera
El hombre bordeó la amplia plaza hasta alcanzar la gran avenida. Caminaba lentamente. Avanzaba con la cabeza baja como si lo hiciera reconcentrado en sus pensamientos. Llevaba puesto un traje de color azul claro y en la cabeza se protegía del frío con una boina negra. Su aspecto era amenazador. No desviaba la mirada de su camino. Tal vez le delataba como individuo siniestro la mano derecha que llevaba metida en el bolsillo de la chaqueta como si portara un arma. Con seguridad sabía lo que iba a hacer y dónde se dirigía. Sin alterar en ningún momento su paso, lentamente, se dirigió a un portal sobre el que estaba pintado el número 184. Subió por la escalera hasta el segundo piso, parándose ante la puerta señalada con la letra A. Después de dudar unos segundos, llamó al timbre. Le abrió una mujer de pelo negro que al verle se mostró muy sorprendida.
Probablemente muy asustada, intentó cerrarle la puerta en las narices, pero el hombre no la dejó reaccionar empujándola hacia dentro. Lo hizo con tanta rapidez y violencia que logró llevarla hasta la cocina, donde otra mujer, hermana de la anterior, se encontraba fregando. Allí sacó por primera vez la mano derecha del bolsillo y se vio que se aferraba a un cuchillo de monte con el que atacó a las dos mujeres. La más joven rompió a gritar pidiendo auxilio a la vez que huía hacia el exterior tirando de su hermana. Derribando varias sillas a su paso, las dos lograron ganar el pasillo de la escalera, aunque una de ellas ya iba herida. El agresor las seguía de cerca. Las dos mujeres, en su loca huida, corrieron hacia el interior gritando socorro, El hombre las acorraló volviendo a acuchillar a la que iba herida, arrastrándola por el suelo hasta el descansillo de la escalera donde le infirió una nueva tanda de pinchazos. La otra mujer trató de sujetarle el brazo y de impedir que siguiera en su salvaje propósito. El agresor se volvió hacia ella alcanzándola con una cuchillada en la ingle izquierda. Cuando se dio cuenta de que una de las dos mujeres estaba muerta, y la otra muy gravemente herida, el hombre del cuchillo se separó de ellas a la vez que numerosos vecinos acudían a los gritos de las desgraciadas. Dos hermanas habían sido salvajemente agredidas. Una de ellas, muerta en el acto. Pero ¿quién era el asesino? ¿Por qué la había matado?