Sospechosos
• Jaime, «El Pirindola», un delincuente habitual que ya antes había intentado entrar en la finca para robar. Sabía que el viejo habitante de la enorme propiedad solía llevar encima una importante cantidad de dinero.
• Pedro, «El Recadero», un muchacho al que la víctima hacía encargos. Aparentemente fue uno de los primeros en extrañarse de la falta del anciano solitario. Conocía a la perfección la situación económica de la víctima y todos los días hacía grandes trayectos a pie por si el caprichoso señor quería encargarle algo que aliviara su necesidad.
• Joaquín, «El Trota», abreviamiento de trotamundos, que trabajaba durante el invierno como jornalero en el campo. Tiempo atrás había estado ocupado en las tierras de labor que la víctima daba en arriendo.