Sospechosos
• Jacinto, el peletero, un cincuentón que aspiraba a vivir de la victima. Las relaciones entre ambos se habían deteriorado semanas antes del homicidio. Teresa llegó a la conclusión de que era de esa clase de hombres que buscaban apoderarse de sus bienes: negocio, piso…
• Pascual, el hermano, un hombre adusto, enemigo de entretenimientos, entregado a su trabajo. La decisión de Teresa de obligarle a dejar la casa le causaba un grave problema. Además, como hermano se sentía herido al ser expulsado del que había sido su hogar durante tanto tiempo (9 años) por su propia hermana.
• Ernesto, el proxeneta, un ladrón reconvertido, un explotador de mujeres que trataba de sumar a Teresa a la larga lista de sus conquistas. Era un tipo de unos 40 años, bien plantado, del que la víctima trataba de huir negándose a su acoso.