Solución del enigma
Éste es el crimen que ocurrió en el primer piso de la calle Comandante Cirujeda, 20, de Madrid, no lejos del puente de Toledo, el 9 de noviembre de 1953, a primeras horas de la mañana. En él fue asesinada de dos disparos de revólver en la región occipital Bonifacia de la Fuente Lucas, una viuda guapetona, alta y bien formada, de 40 años, natural de Villalba de la Sierra, provincia de Cuenca. El autor de la muerte fue su hijastro, Alfredo Contreras Ruiz, de 26 años, soltero, natural de Granada, ebanista de oficio e hijo de Alfredo Contreras Alcántara, que hasta cuatro años antes había convivido con la víctima y abandonó el hogar sin que tuviera nada que ver en el asesinato cometido por su hijo. El crimen ocurrió cuando Bonifacia se encontraba sola, preparándose para ir al hospital. El autor de los disparos aguardó al acecho hasta que salió de la casa la hermana de la víctima, momento en el que subió sorprendiendo a Bonifacia, y tras una corta discusión entre ambos, le disparó hiriéndola de muerte. Los motivos que le llevaron a cometer una acción tan deplorable pudieron ser el amor despechado que sentía por su madrastra, o como defendieron sus familiares directos, un ataque de locura que le sobrevino después de aquel incidente del domingo de Resurrección en el que perdió el sentido y fue despojado de sus ropas y abandonado inconsciente. Lo que sí está comprobado era que había requerido de amores a su madrastra, y que ésta se había negado, echándole de casa.