Pánico en el cine
Estamos en el interior de un cine, durante la proyección de la película. Un local cómodo y moderno. Es domingo por la noche. El público llena el local. Hay un silencio espeso entre los espectadores que asisten con el alma en vilo a la intriga de la película que se está proyectando. Nada parece que pueda interrumpir la acción que se desarrolla en la pantalla. El público la sigue con el máximo interés. Es uno de esos momentos cumbre llenos de dramatismo en los que se exige el máximo a los protagonistas. Parejas de jóvenes, matrimonios de mediana edad, hombres solitarios y grupos de mujeres contemplan atentos lo que pasa en la pantalla. Cuando tienen un mayor grado de concentración, cuando todos parecen estar proyectados en la historia que se cuenta, entonces y de una forma repentina suenan varios disparos, uno detrás de otro, en dos grupos espaciados. Con una pausa intencionada entre los primeros tiros: uno, dos… y los dos siguientes. El público reacciona, sale del estado casi hipnótico en el que estaba sumergido en la película y se alarma. Muchos se ponen de pie, se asustan al distinguir los disparos.
Las luces del cine siguen apagadas y cuando vuelven a sonar nuevos tiros, ya todo el mundo pierde los nervios y trata de dirigirse a la salida. Se produce un movimiento general hacia los pasillos con empujones y atropellos. Los que caen son pisoteados. Los que tenían la suerte de estar en las últimas filas son los que alcanzan antes la calle, respirando aliviados. El resto sigue peleando dentro de la sala, muchos confundidos y enredados en la oscuridad. Todos con la intención de llegar rápidamente hasta la salida.
Pasan varios minutos desde las detonaciones y no parece suceder nada más. Gran parte de los espectadores han abandonado el cine, algunos con magulladuras y golpes sin importancia. Lo peor ha sido el susto, pero todos se van tranquilizando al ver que los que quedan siguen saliendo cada vez más calmados, guardando el orden y manteniendo la tranquilidad. Ahora se preguntan qué es lo que ha pasado. Porque lo primero era ponerse a salvo, pero cuando se dan cuenta de que nada grave puede ocurrirles ya, tratan de satisfacer su curiosidad. El conserje y un policía penetran en la sala abriéndose paso entre los últimos que abandonan el local. Recorren las butacas y los pasillos hacia las localidades de general, de donde les habían informado de que había surgido el ruido. Era un sonido inconfundible de balazos rompiendo la banda sonora de la película y difundiendo por todas partes el fantasma del miedo. El policía y el conserje llegan junto a los lavabos, y allí, en el suelo, encuentran a una mujer gravísimamente herida. Sin pérdida de tiempo la trasladan a la Casa de Socorro, que está muy cerca del cine. Los doctores que la atienden le descubren tres heridas de bala en el vientre, una con orificio de entrada y salida, y las otras dos con orificios sólo de entrada. Igualmente le fue apreciada otra herida en el hombro derecho, con orificio de entrada y salida, y una perforación en la mano. Este último desgarramiento, según fue establecido por los médicos, se debía al intento natural de la víctima de protegerse, por lo que había puesto la mano en el vientre y le había sido atravesada por una bala. Los doctores certificaron de inmediato la gravedad de los impactos y subrayaron que los disparos habían sido hechos a quemarropa, por lo que le causaron a la víctima daños por la expansión de los gases y la onda explosiva. La mujer, que fue identificada como María del Pilar, de 47 años, fue trasladada urgentemente a un hospital, donde falleció. María del Pilar era una persona a la que le gustaba ir arreglada y bien vestida. En un primer momento, los investigadores no sabían si había llegado al cine sola o acompañada. Junto a su cuerpo no fueron encontrados ni su bolso ni ninguna otra cosa de su propiedad. Las incógnitas se amontonaban en el expediente de los investigadores. Pero ellos no pararían hasta saber lo que ahora se preguntaban todos. Una mujer había muerto, pero ¿quién la había matado? ¿Por qué la habían asesinado?