La víctima
• Desde que se quedó sola, Irene se había ganado la vida de muchas formas. Una de ellas había sido en la calle, vendiendo tabaco, donde llamaba mucho la atención por su rotunda figura de chica alta y guapa. Fue en los años de apogeo del estraperlo, por lo que había sido detenida y fichada por la policía.
• En el momento de su muerte llevaba tres años trabajando en el bar de alterne del que había salido para buscar un café con leche. Como camarera, Irene era simpática y siempre estaba de buen humor, por lo que la mayoría de los clientes la prefería para disfrutar de su compañía.