¿Qué pasó con el asesino?
Domingo Gómez, natural y vecino de Monreal de Ariza (Zaragoza), que se había desplazado a la capital aragonesa con la intención de saldar aquello que tenía pendiente con Cecilia, jamás regresó al pueblo. Incapaz de superar el horror del asesinato que había cometido, o tal vez no capaz de seguir viviendo sin la existencia de Cecilia, se quitó la vida disparándose en la sien con la misma pistola con la que había cometido su crimen.