Pistas
• La víctima fue identificada como Félix Sánchez, de 41 años, soltero. Hombre de vida honesta y sin antecedentes.
• La autopsia determinó que había recibido tres heridas en la cabeza producidas por un instrumento rómbico: una en la región occipital, otra encima de la oreja derecha, y la tercera en la región temporal izquierda con hundimiento de la bóveda craneana.
• El cuerpo de la víctima fue encontrado bajo una losa muy pesada que cubre el registro de agua del negocio. Es decir, que el culpable o culpables del asesinato tuvieron que levantar aquella pieza de piedra tan pesada para introducir el cadáver y luego volver a ponerla en su lugar.
• El día del crimen, la víctima estuvo toda la mañana en su puesto de trabajo con su hermano y otros dos operarios, padre e hijo, que los ayudaron en sus tareas.
Cerca de las dos de la tarde se fueron a comer a la finca en la que ambas familias tenían su residencia. Al terminar el almuerzo los dos hermanos fueron a casa de los otros dos operarios en busca de unas piezas que necesitaban.
• Por la tarde, poco antes de que se produjera el crimen, los hermanos regresaron al taller. Según afirma Pascual, apenas estuvo allí cinco minutos. Se marchó a un bar llamado La Maravilla, donde pasó cierto tiempo jugando a los dados, mientras en el taller Félix se quedaba solo.
• La coartada de Pascual, uno de los principales sospechosos del crimen, precisa que la tarde del crimen estuvo visitando varios lugares en los que habló de negocios con personas conocidas y que pasó la noche con María, una mujer con la que mantenía relaciones, comunicándosele al día siguiente que su hermano no había dado señales de vida desde la jornada anterior.
• Los cajones del taller en los que solía guardar dinero y objetos de valor fueron encontrados descerrajados y, quizá por casualidad, los violentos ladrones Jaime y Miguel disponían en aquellas fechas de abundante dinero.
• Lucas, el «Cien kilos», había tenido un encuentro con Félix días antes de su muerte. Lucas estaba bebido y lo insultó y amenazó.
• Pascual, el sospechoso hermano de la víctima, hacía muy poco que había tomado en traspaso un bar al frente del cual puso a María, apodada «la Petra».
• La sobrina, Elisa, declaró que se llevaba bien con su tío Félix, pero no se hablaba con Pascual.
• Luisa, la amiga íntima de Félix, manifestó que el fallecido le había dicho que lo tenía todo dispuesto para que si le pasaba algo, sus bienes fueran a parar a ella y a su sobrina, Elisa.