Resulta dudoso que Serrano Súñer pudiese influir en Franco en un tema exclusivamente militar como era la creación de los tres nuevos ministerios militares, siendo más creíble que propiciase la entrada de Yagüe dentro de sus movimientos para liderar a los falangistas y hacerse con el control absoluto del aparato del estado. Esta tesis es también parcialmente sostenida por Ramón Garriga, hombre muy próximo a Serrano Súñer:
La idea de colocar a Yagüe en el Ministerio del Aire, que se iba a crear, partió de Serrano Súñer. Según él, se trataba de uno de los jefes más populares del ejército y, como falangista viejo, defendía la ideología de José Antonio; esta mezcla de militar y camisa azul tenía que ser de gran utilidad en los consejos de ministros, cuando se discutiera y aprobara alguna disposición que no se compaginara demasiado con el punto de vista de los militares. El prestigio de Yagüe entre los militares africanistas y sus estrechos contactos con el sector izquierdista de Falange podrían resultar beneficiosos para la política que propugnaba Serrano Súñer. Franco, que no era entusiasta de tal designación, en el nombramiento de Yagüe apreció tres factores favorables: apartarlo de la jefatura del Tercio, tenerlo ocupado en una tarea que exigiría una atención continua y tenerlo cerca para vigilar algunas de las acciones críticas que tomaba impulsado por su temperamento vehemente.